"Porque por fe andamos, no por vista" (2 Corintios 5:7).
Nuestro Padre con frecuencia usa el fracaso para fomentar y fortalecer nuestra fe. "La fe es la dependencia en el Padre. Y esta Dios—dependencia solo comienza cuando la auto—dependencia termina. Y la auto—dependencia solo llega a su fin, a la mayoría de nosotros, cuando la tristeza, el sufrimiento, la aflicción, planes y esperanzas rotos nos llevan a ese lugar de auto—desesperación donde nos tiramos nosotros mismos ante nuestro Padre en aparente impotencia total y derrota. Y solo entonces nos damos cuenta que hemos aprendido la lección de la fe; para encontrar nuestras pequeñas manualidades de la vida corriendo hacia adelante a una vida bendecida de fruto y servicio insoñable en los días de nuestra fortaleza carnal y auto—confianza." "El consejo divino debe permanecer, y el buen placer divino debe ser completado. ¡Que alivio para el corazón en medio de rechazos y desilusiones! El Padre perfeccionará aquello que concierne a lo Suyo propio; y aun donde hay errores y fracasos, ¡a saber! hay en abundancia entre todos nosotros, Su rica gracia abundará sobre todo, y de verdad tomará la ocasión de nuestros mismos errores para brillar lo mas luminosa—aunque, seguramente, los errores producirán sus propias dolorosas y humillantes consecuencias." Es el recuerdo de esto que solo puede dar calma reposada en medio de las circunstancias mas desanimantes. Si quitamos el ojo de fe del Padre, nuestras almas pronto estarán sobrecargadas. Es nuestro privilegio poder, en nuestra pequeña medida, dar gracias a nuestro Padre en vista de todo, y refugiarnos en Sus consejos eternos, quienes deben ser tomados como buenos a pesar de toda la incredulidad del cristiano, y toda la malicia de Satanás. "Debemos siempre dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es digno, por cuanto vuestra fe va creciendo". (2 Tesalonicenses 1:3).
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“Asidos de la palabra de vida, para que en el día de Cristo yo pueda gloriarme de que no he corrido en vano, ni en vano he trabajado.” (Filipenses 2:16)
“Muchos cristianos están empantanados entre la guardería y el salón de clases; entre el parque infantil y el taller. A estos les encanta la leche; pero los corazones—hambrientos están ansiosos que de que sus sentimientos sean sustituidos por la fe." “Es verdad que el Padre toma a aquellos que están espiritualmente inmaduros y les permite hablar Su Palabra años antes de que sean conscientes de su alto grado de importancia; pero Él no desea que ninguno de nosotros se detenga ahí. Podemos ir en ese camino, por un tiempo, ¿Pero no es verdad que desde el momento que Él empieza Su obra de formación en nosotros a través de la disciplina y castigo, crecientemente nos damos cuenta de hecho cuan poco conocemos el verdadero significado de lo que hemos estado diciendo?” “Nuestro Señor ha pensado que debemos llegar al punto en el que podamos hablar, con o sin dones evidentes, porque reflejamos lo que compartimos. Porque en la experiencia cristiana las cosas espirituales de Dios son menos y menos externas, esto es, del don, y más y más internas, de la vida. A lo largo es la profundidad y la interioridad de una obra lo que cuenta. Cuando el Señor Jesús Mismo llega a ser más y más para nosotros, las otras cosas ‘y esto aun debe incluir los dones’ nos importan menos y menos. Entonces, aunque enseñamos la misma doctrina, hablamos las mismas palabras, el impacto en otros es muy diferente, manifestándose con profundidad creciente la obra del Espíritu, igualmente dentro de ellos.” “La mano de nuestro Padre está sobre el timón. Somos guiados, aun cuando menos lo sentimos. La puerta cerrada esta tanto bajo Su providencia así como lo esta la abierta, e igualmente para nuestro bien y el cumplimiento de Sus propios fines. Y uno aprende al fin, de que no es tanto lo que nos propusimos hacer lo que realmente se refleja en bendiciones, sino lo que Él está haciendo en y a través de nosotros.” "Me mostrarás la senda de la vida". (Salmo 16:11) "Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes." (1 Pedro 5:5).
Reposar en Su gloria allá manifestará Su humildad en nosotros aquí. "Nuestros corazones tienen tal tendencia de regresar al legalismo, y pensar que eso es humildad. La única humildad real, fortaleza y bendición es olvidarnos de nosotros mismos en la presencia y bendición del Padre. Podríamos ser llevados allí por medio de un proceso humillante pero no es en pensar meramente lo malo del viejo hombre que nos hace humildes verdaderos; tenemos el privilegio de olvidarnos a nosotros mismos en el amor de nuestro Padre." "Es el saber que el Señor Jesús es precioso para nuestras almas, con nuestros ojos y corazones ocupados con El, que seremos en efecto guardados de ser atrapados por la vanidad y pecado que nos rodean. Y esto también será nuestra fortaleza en contra del pecado y corrupción internos. Cualquier cosa que veo en mi mismo que no sea El, es pecado. No es pensar en mis propios pecados que me humillará, sino pensar en el Señor Jesús y habitar en Sus excelencias." "Esta bien terminar con nosotros mismos y ocuparnos con el Señor Jesús. Tenemos derecho a olvidarnos de nosotros mismos—tenemos derecho de confesar y olvidar nuestros pecados—tenemos derecho de olvidarnos de todo pero menos del Señor Jesús. Es por mirarle que podemos dejar cualquier cosa, y podemos caminar como hijos obedientes." "Muchos piensan que hablar mal de uno mismo es el ideal de la humildad; cuando la humildad simple y mas real es sentir sencillamente que somos tan malos aun para dignarnos en hablar de ello. Solo Uno es digno de todos nuestros pensamientos, palabras y comportamiento, el Señor Jesucristo." "Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo". (1 Pedro 5:6) “Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. (2 Corintios 10:14)
El verdadero siervo es finalmente sometido, pero no ridiculizado, preparado pero no privado de individualidad. Todo lo que se vuelve inoperante es el viejo hombre–y ¡gracias a Dios por ello! “Cuando finalmente estamos preparados, nuestro Señor dice: ‘Cuando Yo morí, tú moriste. Cuando fui a la Cruz no solo tomé tus pecados, sino te tomé a ti. No sólo te tomé como pecador, sino todo lo que eres por naturaleza; tanto tu bondad como tu maldad; tus habilidades así como tus discapacidades; sí, cada recurso tuyo. Yo te tomé como un obrero, un predicador y organizador. Mi Cruz significa que ni siquiera para Mí puedes hacer algo por ti mismo; sino que si habrá algo, del todo, tiene que venir de Mí, y eso significa una vida de absoluta dependencia y fe.” “¡Qué poco sabe uno del antagonismo de nuestra naturaleza ante la voluntad del Padre, la cual piensa que el servicio puede llevarse a cabo sin esa auto—renunciación que solo se puede aprender de la experiencia por el conocimiento de la superioridad de Sus caminos y consejos! Nunca renunciaremos a lo que valoramos hasta que encontremos lo mejor ya que el hombre está tan lleno de sí mismo y de su propia voluntad que hasta que se entere de la soberanía de su Padre no podrá ser un siervo obediente ni adecuado." “Y esto usualmente se aprende a través de un proceso penoso y variado. El siervo disciplinado siempre encuentra una forma de hacer su trabajo sin importar qué tan difícil pueda parecer. Mientras más grandes sean las dificultades, mayor debe ser la evidencia de que nuestros recursos son de un orden y carácter diferente a aquellos enfilados contra nosotros, y esto será evidenciado en los asuntos muy pequeños así como en los grandes." “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. (2 Corintios 10:5) "Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos." (Gálatas 3:27).
El Espíritu Santo nos bautiza en el Señor Jesús, y nos llena con El. "El único bautismo espiritual que da al creyente la posición 'en Cristo' (Romanos 6:3,4; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12), y en Su Cuerpo (1 Corintios 12:13). Ya que esta posición en el Señor Jesús es incambiable, y eterna, la obra del bautismo del Espíritu no se puede repetir. Uno ‘en Cristo’ posicionalmente, nunca puede otra vez, através de la eternidad estar ‘fuera de Cristo’ posicionalmente, ya que esa posición depende totalmente en la eficacia de la obra redentora terminada del Hijo, y no se basa en méritos humanos o fidelidad." "La llenura con el Espíritu, por otro lado, se repite (Hechos 2:4; 4:8,31; 9:17), y es, de hecho, un proceso continuo, pues condiciona una experiencia mutable, y no tiene nada que ver con la posición que es inmutable. La posición cristiana es efectuada por el bautismo del Espíritu en el momento del nuevo nacimiento. La experiencia cristiana es afectada por la llenura con el Espíritu Santo. El uno efectúa nuestra posición, el otro afecta nuestra condición." "El Espíritu Santo da un conocimiento vivo; Su luz es la luz de la vida; El es el ‘Espíritu de vida en Cristo Jesús.’ Vemos al Padre y al Hijo viéndonos a nosotros. Cuando los contemplamos por el ministerio del Espíritu Santo vemos como nos contemplan con infinito amor, y otorgándonos las bendiciones de la gracia. Conocemos porque somos conocidos. 'Tu Padre, Tu Hijo, me ven’ es la conciencia inmediata del alma, cuando hay percepción espiritual del Padre. En otras palabras; el amor, la petición, el oír la voz del Padre, recibir el amor y la paz del Señor Jesús, y la comunión se invocan en ese conocimiento." "La comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros." (2 Corintios 13:14). “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1)
Primero, el creyente entiende que tiene el derecho de ser libre en el Señor Jesús debido a la obra terminada de la Cruz; luego ve esa misma obra de la Cruz como su medio para ser libre. “Cuando verdaderamente nos aborrecemos a nosotros mismos, estamos preparados para regocijarnos en el bendito hecho de que hemos sido crucificados con el Señor Jesús (Rom 6:6) que el pecado en la carne fue condenado (no perdonado) cuando Él murió al pecado, que toda nuestra historia en la carne terminó delante del Padre en la muerte de Su Hijo–y que este es nuestro título de libertad. Tengo ahora un título de justicia que ha terminado con mi yo porque he muerto al pecado en la muerte del Señor Jesús." “En preparación para esto aprendo la necesidad de la muerte en mi propia experiencia, pero la muerte del Señor Jesús es mi título de libertad. Es por la apropiación de Su muerte que llego a la libertad y a novedad de vida; esa muerte me ha separado de todo lo que era en el Adán caído. ‘He sido crucificado con Cristo’. Soy libre de mí mismo, y libre para tener a Aquel que es mi vida cristiana ante mí.” “El Señor Jesús hará Su tarea de mantenernos vivos y fructíferos, si nosotros hacemos nuestra tarea de confiar en Él. No debe haber presión carnal, ni esfuerzo natural, no tenemos que mantener nuestra vida. Cada temor de bajar a la muerte diaria, cada aferramiento a eso que nos pertenece, cada asimiento de nuestra propia posición personal o ministerio, solamente dificultará la manifestación de Su vida. La vida debe brotar de la muerte. Aun cuando nuestra confianza en Él nos lleve a las situaciones más desesperantes e imposibles, podemos descansar seguros de que todo estará bien, Porque Él es de verdad el Dios de la resurrección.” “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:3) [2 Ti 2:15] Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
La clave para cumplir el propósito de Dios está en la disponibilidad del instrumento para cumplir tal propósito Divino. Y esa disponibilidad depende de lo que asimilemos de Su Palabra plenamente inspirada. Escuchar la Palabra de Dios de un modo correcto influye en nuestra relación con Dios, nuestra propia vida y en el servicio al prójimo. ¿Cual es el modo correcto de escuchar Su Palabra? - Mas el Consolador, el Espíritu Santo,... él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo (Jn 14:26). Fuimos creados para conocer a Dios en una intima relación (1 Cor 1:9). Dios ha escogido Su Palabra como medio para comunicar Su invitación a relacionarnos con El (Rom 10:14-15). Y La fe en Cristo viene por escuchar tal Palabra, Dios nos ha llamado a escucharle por medio de ella para crecer en nuestra relación con El (1 Pd 2:2). Su Palabra es el medio de alimentación y crecimiento correcto. Su Palabra plenamente inspirada e iluminada a nosotros por el Espíritu Santo nos lleva a experimentar una vida plena en El. El lector que utiliza el texto como un espejo sobre el cual proyecta sus propios deseos e intenciones, no distingue al Autor (Dios) del lector (uno mismo) y por lo tanto cae en las manos de la idolatría interpretativa. (Sal 119:35) Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad. La Iglesia moderna a menudo se enfoca en la realización humana hasta el punto de excluir de la doctrina cristiana las enseñanzas de mayor peso. Están preocupados porque los cristianos contemporáneos sean alimentados con un sucedáneo de la Palabra de Dios, con una dieta enfocada en el ego y carente de verdaderos nutrientes espirituales. Las Escrituras proclaman que las personas deben buscar su realización y que tal realización se encuentra en abandonar nuestros propios planes y tomar como propios los planes que Dios tiene para nosotros. El quiere que tengamos plenitud de vida, la vida abundante que Cristo vino a dar. Somos invitados a experimentar esa vida abundante llena de gozo que tuvieron aquellos que siguieron la Palabra de Dios. Si abandonamos lo que para nosotros lo es todo, pero para Dios es nada, dejaremos lo que es nada, por extendernos a lo que es todo, Jesucristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad (Col 2:9-10). -Pstr. Félix Muñoz "Sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos" (Romanos 6:13).
El crecimiento y la consolidación de la vida espiritual de uno están fundamentados en un claro conocimiento de los hechos duales de Romanos 6:11—muertos al pecado; vivos para Dios. Esto debe ser primero: ¡Sabiendo! "Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo." (2 Timoteo 2:7). "Muchos han tomado la palabra ‘presentaos’ para implicar consagración (y lo hace), sin mirar cuidadosamente su contenido. No es la consagración de nuestro ‘viejo hombre’ con sus instintos y recursos, su sabiduría natural, fortaleza y otros dones, ante el Señor Jesús para que El los use. Esto se aclara de una por la pequeña cláusula 'como vivos de entre los muertos' (Romanos 6:13). "Lo que debe ser consagrado no es lo que pertenece a la vieja creación. El ‘presentaos’ del que se habla es el resultado de saber que mi viejo hombre ha sido crucificado (Romanos 6:6), y el considerarme vivo para Dios en Cristo Jesús (Romanos 6:11). Sabiendo, consideraos, presentaos vosotros mismos a El: ese es el orden divino." "Una cosa es renunciar o dejar ciertas cosas viejas y otra muy diferente estar ocupados con las cosas nuevas. Las monjas renuncian al mundo, pero no están absortas con el resucitado Señor Jesucristo. Tiene que ser no solo olvidar las cosas que quedan atrás, sino estirar las manos a las cosas que están delante." "Es a lo que me entrego personalmente que me da color y me imparte carácter, no el hecho de haber abandonado otras cosas. La gente suele detenerse indebidamente en lo que han renunciado, y son demasiado indiferentes ante lo que ellos deben proseguir, olvidando que son estos últimos los que los forman. (2 Corintios 3:18)." "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra." (Colosenses 3:2) “Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias”. (Lamentaciones 3:32)
Vamos a descubrir que la misericordia y gracia de nuestro Padre brillan más fuertes frente a la obscuridad de la Cruz diaria. “Cometemos un error muy serio, cuando, en cualquier momento de necesidad o presión, nos dirigimos hacia la criatura por ayuda o simpatía. Seguramente nos decepcionaremos. Nuestro Padre nos permitirá probar la vanidad e insensatez de toda confianza-en-la-criatura, esperanzas humanas y expectativas terrenas. Y por otro lado, El nos probará en la manera más sensible y personal, la verdad y bendición de Su propia Palabra. ‘Que no se avergonzarán los que esperan en mí’ (Isaías 49.23). No, El ¡nunca! lo permitirá, bendito sea Su nombre, nunca fallará a un corazón confiado. Él no puede, ni tampoco se negará a Sí Mismo. Él se deleita en participar en nuestras necesidades, en nuestras penas y debilidades para expresar e ilustrar Su tierno cuidado y bondad amorosa, de mil maneras.” “Nuestro Padre ‘es una verdadera y cercana ayuda cuando hay problemas.’ Podemos estar seguros que Él que permite el sufrimiento, está con nosotros en él. Él aun estuvo en Cristo, 'reconciliando al mundo Consigo Mismo' (2 Corintios 5.19). Puede ser que lo veamos a Él solamente cuando la prueba pase, pero debemos atrevernos a creer que Él nunca abandona el crisol.” “¡Qué reflexión melancólica está sobre nuestro viejo hombre al punto que tenemos que ‘callarnos’ ante todas las misericordias de nuestro Padre! Si pudiéramos evadirlas y engañarnos a nosotros mismos en cuanto a ellas, a pesar de su libertad llena de gracia, lo haríamos. El Padre está todavía reduciendo a los hombres a la fe. Debería ser natural para nosotros confiar en Él, pero no lo es. Nuestro Padre debe emplear medidas severas para reducirnos a la desesperación y quitarnos las raíces de nuestra auto—confianza y propia—justicia. Toda la sabiduría de los cielos baja para llevarnos a confesar que nuestra ‘ayuda viene del Señor.’” "Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia" (Romanos 9:23). "Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón." (Oseas 2:14).
Cuando empezamos a crecer, somos gobernados; cuando empezamos a madurar, somos atraídos. "Por medio de las pruebas nuestro Padre revela si podemos aguantar Su voluntad tanto como hacerla. Por medio de las pruebas El nos despega del mundo, nos atrae a Su Hijo, nos atrae a la Palabra y a la oración, y nos muestra nuestros corazones y nos hace humildes. Tenemos que aprender a ser pacientes en los días oscuros. Nuestras pruebas no intentan hacernos daño, sino bien. Nuestro Padre nos disciplina ‘para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.’ (Hebreos 12:10)." "La gran enseñanza del desierto es dependencia en el Padre. El hombre verdaderamente celestial debe ser, en un cuadro como este, el hombre mas dependiente; y el momento que alguien aprende su llamado celestial verdaderamente, y camina de acuerdo a éste consistentemente, él siempre encontrará que nuevas circunstancias o pruebas ocurren, para mantenerlo dependiente, por tanto el hombre celestial verdadero es el mejor hombre del desierto." "Si nuestros afectos son verdaderamente para el Señor Jesús glorificado, harán que este mundo sea un desierto para nosotros, pero si nuestros afectos no lo hacen un desierto Su gobierno lo hará. El Padre nos ama demasiado como para permitir que nuestros corazones hagan nido aquí; y El nos hace concientes de que es un desierto para poder tener la oportunidad en nuestra soledad y en nuestro dolor hablar a nuestros corazones. La Voz que no se podía oír en el fragor y el bullicio, y entre las risas de la ciudad, puede ser oída en el silencio y solitud del desierto." "¿Por que te ha traído el Padre a la desesperación? A fin de que pares de buscar algún motivo de esperanza en ti mismo, sino en Dios, Quien levantó a los muertos." "Pues el Padre mismo os ama" (Juan 16:27). |