«Te suplico que me muestres tu gloriosa presencia - Ex 33:18 (NTV)».
Hay tres factores vitales que mantendrán al creyente en el camino y en el poder del crecimiento espiritual: (1) Estudiar la Palabra [Biblia], para saber que el propósito de Dios es salvar al ser humano para conformarlo [moldearlo] a la imagen de Su Hijo (Rom 8:28-29). (2) Aprender a considerar la obra consumada de la Cruz como Su provisión para ese propósito (Roma 6:11). (3) Rendir [sujetar/someter] la vida al Espíritu Santo, porque es Él quien realiza el proceso diario de ese propósito (2 Cor 4:11). "La vida terrenal de Jesucristo mostró el camino: Su vida celestial da el poder necesario, en el cual se debe andar. Lo que Dios ha unido ningún hombre lo separa. Cualquiera que no está firme en la fe completa de la Redención, no tiene el poder para seguir al Ejemplo (Jn 13:15). Y cualquiera que no busca ser conformado a la Imagen del Hijo como el gran propósito de la Redención, no puede entrar completamente a ese poder. Cristo vivió en la tierra para mostrar la imagen de Dios en Su vida (Col 1:15-16); Él vive en el cielo para que el creyente pueda mostrar la imagen de Dios en su vida (Col 2:9-10)." "Dios tiene una forma de revelarse a Sí Mismo, y tal forma es «Cristo vive en mí - Gál 2:20b (RVC)». Él no tiene ninguna otra manera de mostrarse a los hombres excepto Cristo viviendo en el creyente rendido; no por medio de la gloria "Shekinah" en el templo construido por manos de hombres, sino en las vidas redimidas, libertadas y limpiadas que caminan en medio de este mundo tenebroso con Cristo viviendo en ellas." «Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen - 2 Cor 3:18 (NTV)».
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