“Porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas”. (2 Corintios 10:14)
El verdadero siervo es finalmente sometido, pero no ridiculizado, preparado pero no privado de individualidad. Todo lo que se vuelve inoperante es el viejo hombre–y ¡gracias a Dios por ello! “Cuando finalmente estamos preparados, nuestro Señor dice: ‘Cuando Yo morí, tú moriste. Cuando fui a la Cruz no solo tomé tus pecados, sino te tomé a ti. No sólo te tomé como pecador, sino todo lo que eres por naturaleza; tanto tu bondad como tu maldad; tus habilidades así como tus discapacidades; sí, cada recurso tuyo. Yo te tomé como un obrero, un predicador y organizador. Mi Cruz significa que ni siquiera para Mí puedes hacer algo por ti mismo; sino que si habrá algo, del todo, tiene que venir de Mí, y eso significa una vida de absoluta dependencia y fe.” “¡Qué poco sabe uno del antagonismo de nuestra naturaleza ante la voluntad del Padre, la cual piensa que el servicio puede llevarse a cabo sin esa auto—renunciación que solo se puede aprender de la experiencia por el conocimiento de la superioridad de Sus caminos y consejos! Nunca renunciaremos a lo que valoramos hasta que encontremos lo mejor ya que el hombre está tan lleno de sí mismo y de su propia voluntad que hasta que se entere de la soberanía de su Padre no podrá ser un siervo obediente ni adecuado." “Y esto usualmente se aprende a través de un proceso penoso y variado. El siervo disciplinado siempre encuentra una forma de hacer su trabajo sin importar qué tan difícil pueda parecer. Mientras más grandes sean las dificultades, mayor debe ser la evidencia de que nuestros recursos son de un orden y carácter diferente a aquellos enfilados contra nosotros, y esto será evidenciado en los asuntos muy pequeños así como en los grandes." “Derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”. (2 Corintios 10:5)
0 Comentarios
"Porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos." (Gálatas 3:27).
El Espíritu Santo nos bautiza en el Señor Jesús, y nos llena con El. "El único bautismo espiritual que da al creyente la posición 'en Cristo' (Romanos 6:3,4; Gálatas 3:27; Colosenses 2:12), y en Su Cuerpo (1 Corintios 12:13). Ya que esta posición en el Señor Jesús es incambiable, y eterna, la obra del bautismo del Espíritu no se puede repetir. Uno ‘en Cristo’ posicionalmente, nunca puede otra vez, através de la eternidad estar ‘fuera de Cristo’ posicionalmente, ya que esa posición depende totalmente en la eficacia de la obra redentora terminada del Hijo, y no se basa en méritos humanos o fidelidad." "La llenura con el Espíritu, por otro lado, se repite (Hechos 2:4; 4:8,31; 9:17), y es, de hecho, un proceso continuo, pues condiciona una experiencia mutable, y no tiene nada que ver con la posición que es inmutable. La posición cristiana es efectuada por el bautismo del Espíritu en el momento del nuevo nacimiento. La experiencia cristiana es afectada por la llenura con el Espíritu Santo. El uno efectúa nuestra posición, el otro afecta nuestra condición." "El Espíritu Santo da un conocimiento vivo; Su luz es la luz de la vida; El es el ‘Espíritu de vida en Cristo Jesús.’ Vemos al Padre y al Hijo viéndonos a nosotros. Cuando los contemplamos por el ministerio del Espíritu Santo vemos como nos contemplan con infinito amor, y otorgándonos las bendiciones de la gracia. Conocemos porque somos conocidos. 'Tu Padre, Tu Hijo, me ven’ es la conciencia inmediata del alma, cuando hay percepción espiritual del Padre. En otras palabras; el amor, la petición, el oír la voz del Padre, recibir el amor y la paz del Señor Jesús, y la comunión se invocan en ese conocimiento." "La comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros." (2 Corintios 13:14). “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres” (Gálatas 5:1)
Primero, el creyente entiende que tiene el derecho de ser libre en el Señor Jesús debido a la obra terminada de la Cruz; luego ve esa misma obra de la Cruz como su medio para ser libre. “Cuando verdaderamente nos aborrecemos a nosotros mismos, estamos preparados para regocijarnos en el bendito hecho de que hemos sido crucificados con el Señor Jesús (Rom 6:6) que el pecado en la carne fue condenado (no perdonado) cuando Él murió al pecado, que toda nuestra historia en la carne terminó delante del Padre en la muerte de Su Hijo–y que este es nuestro título de libertad. Tengo ahora un título de justicia que ha terminado con mi yo porque he muerto al pecado en la muerte del Señor Jesús." “En preparación para esto aprendo la necesidad de la muerte en mi propia experiencia, pero la muerte del Señor Jesús es mi título de libertad. Es por la apropiación de Su muerte que llego a la libertad y a novedad de vida; esa muerte me ha separado de todo lo que era en el Adán caído. ‘He sido crucificado con Cristo’. Soy libre de mí mismo, y libre para tener a Aquel que es mi vida cristiana ante mí.” “El Señor Jesús hará Su tarea de mantenernos vivos y fructíferos, si nosotros hacemos nuestra tarea de confiar en Él. No debe haber presión carnal, ni esfuerzo natural, no tenemos que mantener nuestra vida. Cada temor de bajar a la muerte diaria, cada aferramiento a eso que nos pertenece, cada asimiento de nuestra propia posición personal o ministerio, solamente dificultará la manifestación de Su vida. La vida debe brotar de la muerte. Aun cuando nuestra confianza en Él nos lleve a las situaciones más desesperantes e imposibles, podemos descansar seguros de que todo estará bien, Porque Él es de verdad el Dios de la resurrección.” “Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.” (Colosenses 3:3) [2 Ti 2:15] Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.
La clave para cumplir el propósito de Dios está en la disponibilidad del instrumento para cumplir tal propósito Divino. Y esa disponibilidad depende de lo que asimilemos de Su Palabra plenamente inspirada. Escuchar la Palabra de Dios de un modo correcto influye en nuestra relación con Dios, nuestra propia vida y en el servicio al prójimo. ¿Cual es el modo correcto de escuchar Su Palabra? - Mas el Consolador, el Espíritu Santo,... él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo (Jn 14:26). Fuimos creados para conocer a Dios en una intima relación (1 Cor 1:9). Dios ha escogido Su Palabra como medio para comunicar Su invitación a relacionarnos con El (Rom 10:14-15). Y La fe en Cristo viene por escuchar tal Palabra, Dios nos ha llamado a escucharle por medio de ella para crecer en nuestra relación con El (1 Pd 2:2). Su Palabra es el medio de alimentación y crecimiento correcto. Su Palabra plenamente inspirada e iluminada a nosotros por el Espíritu Santo nos lleva a experimentar una vida plena en El. El lector que utiliza el texto como un espejo sobre el cual proyecta sus propios deseos e intenciones, no distingue al Autor (Dios) del lector (uno mismo) y por lo tanto cae en las manos de la idolatría interpretativa. (Sal 119:35) Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad. La Iglesia moderna a menudo se enfoca en la realización humana hasta el punto de excluir de la doctrina cristiana las enseñanzas de mayor peso. Están preocupados porque los cristianos contemporáneos sean alimentados con un sucedáneo de la Palabra de Dios, con una dieta enfocada en el ego y carente de verdaderos nutrientes espirituales. Las Escrituras proclaman que las personas deben buscar su realización y que tal realización se encuentra en abandonar nuestros propios planes y tomar como propios los planes que Dios tiene para nosotros. El quiere que tengamos plenitud de vida, la vida abundante que Cristo vino a dar. Somos invitados a experimentar esa vida abundante llena de gozo que tuvieron aquellos que siguieron la Palabra de Dios. Si abandonamos lo que para nosotros lo es todo, pero para Dios es nada, dejaremos lo que es nada, por extendernos a lo que es todo, Jesucristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad (Col 2:9-10). -Pstr. Félix Muñoz "Sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos" (Romanos 6:13).
El crecimiento y la consolidación de la vida espiritual de uno están fundamentados en un claro conocimiento de los hechos duales de Romanos 6:11—muertos al pecado; vivos para Dios. Esto debe ser primero: ¡Sabiendo! "Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo." (2 Timoteo 2:7). "Muchos han tomado la palabra ‘presentaos’ para implicar consagración (y lo hace), sin mirar cuidadosamente su contenido. No es la consagración de nuestro ‘viejo hombre’ con sus instintos y recursos, su sabiduría natural, fortaleza y otros dones, ante el Señor Jesús para que El los use. Esto se aclara de una por la pequeña cláusula 'como vivos de entre los muertos' (Romanos 6:13). "Lo que debe ser consagrado no es lo que pertenece a la vieja creación. El ‘presentaos’ del que se habla es el resultado de saber que mi viejo hombre ha sido crucificado (Romanos 6:6), y el considerarme vivo para Dios en Cristo Jesús (Romanos 6:11). Sabiendo, consideraos, presentaos vosotros mismos a El: ese es el orden divino." "Una cosa es renunciar o dejar ciertas cosas viejas y otra muy diferente estar ocupados con las cosas nuevas. Las monjas renuncian al mundo, pero no están absortas con el resucitado Señor Jesucristo. Tiene que ser no solo olvidar las cosas que quedan atrás, sino estirar las manos a las cosas que están delante." "Es a lo que me entrego personalmente que me da color y me imparte carácter, no el hecho de haber abandonado otras cosas. La gente suele detenerse indebidamente en lo que han renunciado, y son demasiado indiferentes ante lo que ellos deben proseguir, olvidando que son estos últimos los que los forman. (2 Corintios 3:18)." "Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra." (Colosenses 3:2) “Antes si aflige, también se compadece según la multitud de sus misericordias”. (Lamentaciones 3:32)
Vamos a descubrir que la misericordia y gracia de nuestro Padre brillan más fuertes frente a la obscuridad de la Cruz diaria. “Cometemos un error muy serio, cuando, en cualquier momento de necesidad o presión, nos dirigimos hacia la criatura por ayuda o simpatía. Seguramente nos decepcionaremos. Nuestro Padre nos permitirá probar la vanidad e insensatez de toda confianza-en-la-criatura, esperanzas humanas y expectativas terrenas. Y por otro lado, El nos probará en la manera más sensible y personal, la verdad y bendición de Su propia Palabra. ‘Que no se avergonzarán los que esperan en mí’ (Isaías 49.23). No, El ¡nunca! lo permitirá, bendito sea Su nombre, nunca fallará a un corazón confiado. Él no puede, ni tampoco se negará a Sí Mismo. Él se deleita en participar en nuestras necesidades, en nuestras penas y debilidades para expresar e ilustrar Su tierno cuidado y bondad amorosa, de mil maneras.” “Nuestro Padre ‘es una verdadera y cercana ayuda cuando hay problemas.’ Podemos estar seguros que Él que permite el sufrimiento, está con nosotros en él. Él aun estuvo en Cristo, 'reconciliando al mundo Consigo Mismo' (2 Corintios 5.19). Puede ser que lo veamos a Él solamente cuando la prueba pase, pero debemos atrevernos a creer que Él nunca abandona el crisol.” “¡Qué reflexión melancólica está sobre nuestro viejo hombre al punto que tenemos que ‘callarnos’ ante todas las misericordias de nuestro Padre! Si pudiéramos evadirlas y engañarnos a nosotros mismos en cuanto a ellas, a pesar de su libertad llena de gracia, lo haríamos. El Padre está todavía reduciendo a los hombres a la fe. Debería ser natural para nosotros confiar en Él, pero no lo es. Nuestro Padre debe emplear medidas severas para reducirnos a la desesperación y quitarnos las raíces de nuestra auto—confianza y propia—justicia. Toda la sabiduría de los cielos baja para llevarnos a confesar que nuestra ‘ayuda viene del Señor.’” "Y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia" (Romanos 9:23). "Pero he aquí que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su corazón." (Oseas 2:14).
Cuando empezamos a crecer, somos gobernados; cuando empezamos a madurar, somos atraídos. "Por medio de las pruebas nuestro Padre revela si podemos aguantar Su voluntad tanto como hacerla. Por medio de las pruebas El nos despega del mundo, nos atrae a Su Hijo, nos atrae a la Palabra y a la oración, y nos muestra nuestros corazones y nos hace humildes. Tenemos que aprender a ser pacientes en los días oscuros. Nuestras pruebas no intentan hacernos daño, sino bien. Nuestro Padre nos disciplina ‘para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.’ (Hebreos 12:10)." "La gran enseñanza del desierto es dependencia en el Padre. El hombre verdaderamente celestial debe ser, en un cuadro como este, el hombre mas dependiente; y el momento que alguien aprende su llamado celestial verdaderamente, y camina de acuerdo a éste consistentemente, él siempre encontrará que nuevas circunstancias o pruebas ocurren, para mantenerlo dependiente, por tanto el hombre celestial verdadero es el mejor hombre del desierto." "Si nuestros afectos son verdaderamente para el Señor Jesús glorificado, harán que este mundo sea un desierto para nosotros, pero si nuestros afectos no lo hacen un desierto Su gobierno lo hará. El Padre nos ama demasiado como para permitir que nuestros corazones hagan nido aquí; y El nos hace concientes de que es un desierto para poder tener la oportunidad en nuestra soledad y en nuestro dolor hablar a nuestros corazones. La Voz que no se podía oír en el fragor y el bullicio, y entre las risas de la ciudad, puede ser oída en el silencio y solitud del desierto." "¿Por que te ha traído el Padre a la desesperación? A fin de que pares de buscar algún motivo de esperanza en ti mismo, sino en Dios, Quien levantó a los muertos." "Pues el Padre mismo os ama" (Juan 16:27). "Sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús." (Filipenses 3:12).
Saber nuestra posición en el Señor Jesús es necesario para que así entendamos Sus caminos y descansemos en Sus medios. Entonces, por un proceso de años, El lentamente reduce la discrepancia entre nuestra posición celestial y nuestra condición personal. La verdad se recibe en la mente, la asimilamos en el corazón y manifestamos en el caminar. "Primero, el creyente, como un pájaro, vuela de una hasta el tope y ve todo lo que se ha conseguido a su favor, y entonces él, como era, regresa y se arrastra para arriba cada centímetro del camino. Es como ascender una escalera de gracia." "El primer paso es, creer que el Señor Jesús fue enviado por el Padre; Segundo, que en la consumación de Su obra somos justificados; tercero, le conocemos; cuarto, llegamos a verlo en el cielo—conocemos nuestra asociación con El allá, y Su reposo aquí; quinto, aprendemos el misterio, las grandes cosas que tenemos por ser parte de Su Cuerpo, Su Esposa; sexto, que estamos sentados en los lugares celestiales en El; séptimo, nos regocijamos con asombro y alabanza en el conocimiento de Sí Mismo." "Como resultado de la obra de Su Cruz y Resurrección, los que creen reciben vida eterna completa. Pero aunque esa vida es victoriosa e indestructible, el creyente tiene que, por fe, llegar a probarla, a vivir por ella, a aprender sus principios, a ser conformado a ella. La vida en sí misma en el creyente no necesita adición, con respecto a la medida de su calidad y cantidad. En cuanto a su poder, su gloria, sus potencialidades se refiere nada hay que agregarle. Pero el curso de la experiencia espiritual, de la vida espiritual, es descubrir, apropiarse, y crecer en todo lo que la vida representa y significa." "Arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe". (Colosenses 2:7) “Nos dio vida juntamente con Cristo” (Efesios 2:5)
El Padre nos ha colocado en su Mismo corazón, e intenta que nuestro corazón encuentre su lugar ahí. “Pienso en el rápido abrazo con el que me encuentro agarrado, justo en el corazón de mi Padre, cuando discierno mi posición en Su Amado Hijo. La gracia, absoluta y soberana gracia, me ha puesto ahí–para mostrar sus riquezas superiores a través del tiempo y la eternidad. ¿Qué pudo haber hecho un esfuerzo mío en este asunto? ¿Qué fracaso mío pudiera deshacerlo?” “La primera acción del Espíritu para crecimiento del alma es asegurarte que el Padre te ama, y así no estés pensando en ti mismo o en tu propia situación, sino en Él; aunque sin duda serás grandemente ejercitado en cómo respondes a ese amor. Ahora sabes que tienes un nexo vivo con el Señor Jesús, estás ligado a Él en espíritu y un nuevo interés, del todo, es despertado en tu corazón; es con Él con quien estás ocupado.” “Si he perdido el mundo y sus cosas, ¿qué he ganado? Tengo una Persona, y el amor de esa Persona en mi corazón. Y cuando identifico a esa Persona, y la forma en que me ha dado amor divino, y cómo atrae my corazón a Sí Mismo en una escena inefable de afectos divinos; entonces, empiezo a saborear la satisfacción divina.” “El Señor Jesús por Su muerte se ha comprometido a quitar mi incapacidad. Y por esa muerte, tengo derecho de estar con el Padre y el Hijo como alguien libertado de todo lo que me ataba como hijo del Adán caído, para estar libre en la presencia de tal amor.” "Y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús" (Efesios 2:6). Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. (Romanos 8:1)
Hasta que el creyente se dé cuenta que su vida está segura escondida con Cristo en Dios, nunca se librará de los ataques del enemigo. “Si él diere reposo, ¿quién inquietará?” (Job 34:29). “Si el Señor Jesús no está positivamente delante del alma, es suficiente, ¡la obra del enemigo ha sido hecha!” “Hay un mundo de diferencia entre las molestas y corrosivas condenaciones del dialo, y la clara convicción del Espíritu Santo. El enemigo habla generalidades, buscando difamarnos con un sentido vago de falla, suciedad, confusión, pesadez de espíritu. La respuesta a eso es que ‘no hay condenación para los que están en Cristo Jesús'." “El Espíritu Santo habla específicamente y su palabra convincente, aunque en forma de regaño, es dulce y limpia, verdadera y aceptable. Él nos indica alguna exacta e inmediata acción por la cual temporalmente cedimos al pecado. Satanás se enfoca en la desesperación, pero el Espíritu nos señala la purificación.” “Las sugerencias del tentador son capaces de incitarnos. Hay una prueba segura para los planes ambiciosos. Cualquier rastro de incitación producida es una clara indicación de la influencia del enemigo. En agudo contraste con esto, la obra del Espíritu Santo siempre nos hace estar calmados, con pensamiento claro y deliberado. El toque de nuestro Maestro todavía tiene el mismo poder y efecto que cuando tocó las manos de la mamá de la esposa de Pedro; la fiebre se va." "Y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios." (Filipenses 1:28) |