Esdras, Nehemias, Ester, Job.
Libro de Esdras
Autor: El libro de Esdras no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el profeta Esdras escribió el Libro de Esdras. Es interesante notar que una vez que Esdras aparece en escena en el capítulo 7, el autor cambia de escribir en tercera persona a primera persona. Esto también le concedería credibilidad a que Esdras fuera su autor.
Fecha de su Escritura: El Libro de Esdras probablemente fue escrito entre el 460 y 440 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Esdras está dedicado a los eventos ocurridos en la tierra de Israel durante el tiempo del regreso de la cautividad babilonica y los años subsecuentes, cubriendo un período de aproximadamente un siglo, comenzando en el 538 a.C. El énfasis en Esdras está en la reconstrucción del Templo. El libro contiene extensos registros genealógicos, principalmente con el propósito de establecer las reclamaciones al sacerdocio por parte de los descendientes de Aarón.
Versos Clave: Esdras 3:11 “Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.”
Esdras 7:6 “este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.”
Breve Resumen: El Libro puede ser dividido como sigue: Capítulos 1-6 –El Primer Regreso bajo Zorobabel, y la Construcción del Segundo Templo. Capítulos 7-10 – El Ministerio de Esdras. Dado que había transcurrido más de medio siglo entre los capítulos 6 y 7, los personajes de la primera parte del libro ya habían muerto para el tiempo en que Esdras comenzó su ministerio en Jerusalén. Esdras es la persona más prominente en los Libros de Esdras y Nehemías. Ambos libros terminan con oraciones de confesión (Esdras 9; Nehemías 9) y una subsecuente separación de la gente de las prácticas pecaminosas en las que habían caído. Algún concepto de la naturaleza de los mensajes de ánimo de Hageo y Zacarías, quienes son presentados en esta narrativa (Esdras 5:1), pueden ser vistos en los libros proféticos que llevan sus nombres.
El Libro de Esdras cubre el regreso de la cautividad para reconstruir el Templo por el decreto de Artajerjes, el evento cubierto al principio del Libro de Nehemías. Hageo fue el principal profeta en los días de Esdras, y Zacarías fue el profeta en los días de Nehemías.
Referencias Proféticas: Vemos en el Libro de Esdras una continuación del tema bíblico del remanente. Siempre que llega el juicio o el desastre, Dios salva a un pequeño remanente para Él Mismo – Noé y su familia de la destrucción del diluvio; la familia de Lot de Sodoma y Gomorra; los 7000 profetas preservados en Israel, a pesar de la persecución de Acab y Jezabel. Cuando los israelitas padecieron la cautividad en Egipto, Dios libró a Su remanente y los llevó a la Tierra Prometida. Un promedio de cincuenta mil personas regresaron a la tierra de Judea en Esdras 2:64-67, y sin embargo, mientras se comparan ellos mismos con los números en Israel durante sus días de prosperidad bajo el rey David, su comentario es, “Somos dejados este día como un remanente.” El tema del remanente es llevado al Nuevo Testamento donde Pablo nos dice que “Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.” (Romanos 11:5). Aunque la mayoría de la gente en los días de Jesús lo rechazaron, permaneció un grupo de gente que Dios había reservado y preservado en Su Hijo, y en el pacto de Su gracia. Desde Jesucristo, a través de todas las generaciones, existe un remanente de fieles, cuyos pies están en el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mateo 7:13-14). Este remanente será preservado a través del poder del Espíritu Santo, quien los ha sellado, y los entregará a salvo en el último día (2 Corintios 1:22; Efesios 4:30).
Aplicación Práctica: El Libro de Esdras es una crónica de esperanza y restauración. Para los cristianos cuya vida está cicatrizada por el pecado y la rebelión contra Dios, hay una gran esperanza en que nuestro Dios es un Dios de perdón, un Dios que no nos dará la espalda cuando lo busquemos quebrantados y arrepentidos (1 Juan 1:9). El regreso de los israelitas a Jerusalén y la reconstrucción del Templo se repiten en la vida de cada cristiano que regresa de la cautividad del pecado y la rebelión contra Dios, y Lo encuentra dándole una amorosa bienvenida a casa. Sin importar cuánto hayamos estado ausentes, Él está listo para perdonarnos y recibirnos de nuevo dentro de Su familia. Él está dispuesto a mostrarnos cómo reconstruir nuestras vidas y resucitar nuestros corazones, donde está el templo del Espíritu Santo. Al igual que en la reconstrucción del Templo en Jerusalén, Dios supervisa el trabajo de renovación y re-dedica nuestras vidas a Su servicio.
La oposición de los adversarios de Dios para la reconstrucción del templo, despliega un patrón que es típico de aquel que es el enemigo de nuestras almas. Satanás usa a aquellos que parecen estar en sincronización con los propósitos de Dios para retarnos e intentar frustrar los planes de Dios. Esdras 4:2 describe el discurso engañoso de aquellos que dicen adorar a Cristo, pero cuyo intención real es destruir, no construir. Debemos estar en guardia contra tales engañadores, responderles como lo hicieron los israelitas, y rehusar ser engañados por sus suaves palabras y falsas profesiones de fe.
Autor: El libro de Esdras no especifica el nombre de su autor. La tradición es que el profeta Esdras escribió el Libro de Esdras. Es interesante notar que una vez que Esdras aparece en escena en el capítulo 7, el autor cambia de escribir en tercera persona a primera persona. Esto también le concedería credibilidad a que Esdras fuera su autor.
Fecha de su Escritura: El Libro de Esdras probablemente fue escrito entre el 460 y 440 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Esdras está dedicado a los eventos ocurridos en la tierra de Israel durante el tiempo del regreso de la cautividad babilonica y los años subsecuentes, cubriendo un período de aproximadamente un siglo, comenzando en el 538 a.C. El énfasis en Esdras está en la reconstrucción del Templo. El libro contiene extensos registros genealógicos, principalmente con el propósito de establecer las reclamaciones al sacerdocio por parte de los descendientes de Aarón.
Versos Clave: Esdras 3:11 “Y cantaban, alabando y dando gracias a Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos de la casa de Jehová.”
Esdras 7:6 “este Esdras subió de Babilonia. Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, porque la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras.”
Breve Resumen: El Libro puede ser dividido como sigue: Capítulos 1-6 –El Primer Regreso bajo Zorobabel, y la Construcción del Segundo Templo. Capítulos 7-10 – El Ministerio de Esdras. Dado que había transcurrido más de medio siglo entre los capítulos 6 y 7, los personajes de la primera parte del libro ya habían muerto para el tiempo en que Esdras comenzó su ministerio en Jerusalén. Esdras es la persona más prominente en los Libros de Esdras y Nehemías. Ambos libros terminan con oraciones de confesión (Esdras 9; Nehemías 9) y una subsecuente separación de la gente de las prácticas pecaminosas en las que habían caído. Algún concepto de la naturaleza de los mensajes de ánimo de Hageo y Zacarías, quienes son presentados en esta narrativa (Esdras 5:1), pueden ser vistos en los libros proféticos que llevan sus nombres.
El Libro de Esdras cubre el regreso de la cautividad para reconstruir el Templo por el decreto de Artajerjes, el evento cubierto al principio del Libro de Nehemías. Hageo fue el principal profeta en los días de Esdras, y Zacarías fue el profeta en los días de Nehemías.
Referencias Proféticas: Vemos en el Libro de Esdras una continuación del tema bíblico del remanente. Siempre que llega el juicio o el desastre, Dios salva a un pequeño remanente para Él Mismo – Noé y su familia de la destrucción del diluvio; la familia de Lot de Sodoma y Gomorra; los 7000 profetas preservados en Israel, a pesar de la persecución de Acab y Jezabel. Cuando los israelitas padecieron la cautividad en Egipto, Dios libró a Su remanente y los llevó a la Tierra Prometida. Un promedio de cincuenta mil personas regresaron a la tierra de Judea en Esdras 2:64-67, y sin embargo, mientras se comparan ellos mismos con los números en Israel durante sus días de prosperidad bajo el rey David, su comentario es, “Somos dejados este día como un remanente.” El tema del remanente es llevado al Nuevo Testamento donde Pablo nos dice que “Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia.” (Romanos 11:5). Aunque la mayoría de la gente en los días de Jesús lo rechazaron, permaneció un grupo de gente que Dios había reservado y preservado en Su Hijo, y en el pacto de Su gracia. Desde Jesucristo, a través de todas las generaciones, existe un remanente de fieles, cuyos pies están en el camino angosto que conduce a la vida eterna (Mateo 7:13-14). Este remanente será preservado a través del poder del Espíritu Santo, quien los ha sellado, y los entregará a salvo en el último día (2 Corintios 1:22; Efesios 4:30).
Aplicación Práctica: El Libro de Esdras es una crónica de esperanza y restauración. Para los cristianos cuya vida está cicatrizada por el pecado y la rebelión contra Dios, hay una gran esperanza en que nuestro Dios es un Dios de perdón, un Dios que no nos dará la espalda cuando lo busquemos quebrantados y arrepentidos (1 Juan 1:9). El regreso de los israelitas a Jerusalén y la reconstrucción del Templo se repiten en la vida de cada cristiano que regresa de la cautividad del pecado y la rebelión contra Dios, y Lo encuentra dándole una amorosa bienvenida a casa. Sin importar cuánto hayamos estado ausentes, Él está listo para perdonarnos y recibirnos de nuevo dentro de Su familia. Él está dispuesto a mostrarnos cómo reconstruir nuestras vidas y resucitar nuestros corazones, donde está el templo del Espíritu Santo. Al igual que en la reconstrucción del Templo en Jerusalén, Dios supervisa el trabajo de renovación y re-dedica nuestras vidas a Su servicio.
La oposición de los adversarios de Dios para la reconstrucción del templo, despliega un patrón que es típico de aquel que es el enemigo de nuestras almas. Satanás usa a aquellos que parecen estar en sincronización con los propósitos de Dios para retarnos e intentar frustrar los planes de Dios. Esdras 4:2 describe el discurso engañoso de aquellos que dicen adorar a Cristo, pero cuyo intención real es destruir, no construir. Debemos estar en guardia contra tales engañadores, responderles como lo hicieron los israelitas, y rehusar ser engañados por sus suaves palabras y falsas profesiones de fe.
Libro de Nehemías
Autor: El Libro de Nehemías no especifica el nombre de su autor, pero tanto las tradiciones judías como cristianas reconocen a Esdras como el autor. Esto se base en el hecho de que los libros de Esdras y Nehemías fueron originalmente uno solo.
Fecha de su Escritura: El Libro de Nehemías fue escrito probablemente entre el 445 y el 420 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Nehemías, es uno de los libros históricos de la Biblia, y éste continúa la historia del regreso de Israel de la cautividad en Babilonia y la reconstrucción del Templo de Jerusalén.
Versos Clave: Nehemías 1:3 “Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.”
Nehemías 1:11 “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón.”
Nehemías 6:15-16 “Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.”
Breve Resumen: Nehemías era un hebreo en Persia cuando escuchó la noticia de que el Templo en Jerusalén había sido reconstruido. Su preocupación creció sabiendo que no había muro que protegiera a la ciudad. Nehemías pidió a Dios ser utilizado para salvar la ciudad. Dios respondió a su oración ablandando el corazón del rey persa Artajerjes, quien no solo le dio su bendición, sino también los suministros para utilizarlos en el proyecto. Nehemías obtuvo el permiso del rey de regresar a Jerusalén, donde fue hecho gobernador.
A pesar de la oposición y acusaciones, el muro fue construido y los enemigos silenciados. La gente, inspirada por Nehemías, ofrendó diezmos y mucho dinero, materiales y la mano de obra para completar el muro en increíbles 52 días, a pesar de mucha oposición. Sin embargo, este esfuerzo unido duró poco, porque Jerusalén cayó nuevamente en la apostasía cuando Nehemías se ausentó por un tiempo. A su regreso después de 12 años, encontró los muros fuertes, pero la gente debilitada. Él se dio a la tarea de enseñar moralidad a la gente, y no se anduvo con rodeos. “Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.” (13:25). Reestableció la verdadera adoración a través de la oración y animó a la gente para un avivamiento mediante la lectura y sujeción a la Palabra de Dios.
Referencias Proféticas: Nehemías era un hombre de oración y él oró apasionadamente por su pueblo (Nehemías 1). Su celosa intercesión por su pueblo ante Dios, prefigura a nuestro gran Intercesor, Jesucristo, quien oró fervientemente por Su pueblo en Su oración como Sumo-sacerdote en Juan 17. Tanto Nehemías como Jesús tenían un profundo amor por el pueblo de Dios, el cual derramaban en oración a Dios, intercediendo por ellos ante el trono.
Aplicación Práctica: Nehemías condujo a los israelitas al amor y respeto por el texto de la Escritura. Por su amor a Dios y su deseo de verlo honrado y glorificado, Nehemías guió a los israelitas hacia la fe y la obediencia que Dios había deseado de ellos por mucho tiempo. De la misma manera, los cristianos debemos amar y respetar profundamente las verdades de la Escritura, aprenderlas de memoria, meditar en ellas de día y de noche, y volvernos a ellas para el cumplimiento de cada necesidad espiritual. Segunda de Timoteo 3:16-17 nos dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Si esperamos experimentar el avivamiento espiritual de los israelitas (Nehemías 8:1-8), debemos comenzar con la Palabra de Dios.
Cada uno de nosotros debe tener una compasión genuina por otros que sufren heridas físicas o espirituales. Sin embargo, sentir compasión y no hacer nada para ayudar, no es bíblico. A veces tendremos que renunciar a nuestra comodidad a fin de ministrar apropiadamente a otros. Debemos creer totalmente en una causa antes de darle nuestro tiempo y dinero con un corazón dispuesto. Cuando permitimos que Dios ministre a través de nosotros, aún los incrédulos sabrán que es obra de Dios.
Autor: El Libro de Nehemías no especifica el nombre de su autor, pero tanto las tradiciones judías como cristianas reconocen a Esdras como el autor. Esto se base en el hecho de que los libros de Esdras y Nehemías fueron originalmente uno solo.
Fecha de su Escritura: El Libro de Nehemías fue escrito probablemente entre el 445 y el 420 a.C.
Propósito de la Escritura: El Libro de Nehemías, es uno de los libros históricos de la Biblia, y éste continúa la historia del regreso de Israel de la cautividad en Babilonia y la reconstrucción del Templo de Jerusalén.
Versos Clave: Nehemías 1:3 “Y me dijeron: El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.”
Nehemías 1:11 “Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia delante de aquel varón.”
Nehemías 6:15-16 “Fue terminado, pues, el muro, el veinticinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados, y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.”
Breve Resumen: Nehemías era un hebreo en Persia cuando escuchó la noticia de que el Templo en Jerusalén había sido reconstruido. Su preocupación creció sabiendo que no había muro que protegiera a la ciudad. Nehemías pidió a Dios ser utilizado para salvar la ciudad. Dios respondió a su oración ablandando el corazón del rey persa Artajerjes, quien no solo le dio su bendición, sino también los suministros para utilizarlos en el proyecto. Nehemías obtuvo el permiso del rey de regresar a Jerusalén, donde fue hecho gobernador.
A pesar de la oposición y acusaciones, el muro fue construido y los enemigos silenciados. La gente, inspirada por Nehemías, ofrendó diezmos y mucho dinero, materiales y la mano de obra para completar el muro en increíbles 52 días, a pesar de mucha oposición. Sin embargo, este esfuerzo unido duró poco, porque Jerusalén cayó nuevamente en la apostasía cuando Nehemías se ausentó por un tiempo. A su regreso después de 12 años, encontró los muros fuertes, pero la gente debilitada. Él se dio a la tarea de enseñar moralidad a la gente, y no se anduvo con rodeos. “Y reñí con ellos, y los maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros mismos.” (13:25). Reestableció la verdadera adoración a través de la oración y animó a la gente para un avivamiento mediante la lectura y sujeción a la Palabra de Dios.
Referencias Proféticas: Nehemías era un hombre de oración y él oró apasionadamente por su pueblo (Nehemías 1). Su celosa intercesión por su pueblo ante Dios, prefigura a nuestro gran Intercesor, Jesucristo, quien oró fervientemente por Su pueblo en Su oración como Sumo-sacerdote en Juan 17. Tanto Nehemías como Jesús tenían un profundo amor por el pueblo de Dios, el cual derramaban en oración a Dios, intercediendo por ellos ante el trono.
Aplicación Práctica: Nehemías condujo a los israelitas al amor y respeto por el texto de la Escritura. Por su amor a Dios y su deseo de verlo honrado y glorificado, Nehemías guió a los israelitas hacia la fe y la obediencia que Dios había deseado de ellos por mucho tiempo. De la misma manera, los cristianos debemos amar y respetar profundamente las verdades de la Escritura, aprenderlas de memoria, meditar en ellas de día y de noche, y volvernos a ellas para el cumplimiento de cada necesidad espiritual. Segunda de Timoteo 3:16-17 nos dice: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” Si esperamos experimentar el avivamiento espiritual de los israelitas (Nehemías 8:1-8), debemos comenzar con la Palabra de Dios.
Cada uno de nosotros debe tener una compasión genuina por otros que sufren heridas físicas o espirituales. Sin embargo, sentir compasión y no hacer nada para ayudar, no es bíblico. A veces tendremos que renunciar a nuestra comodidad a fin de ministrar apropiadamente a otros. Debemos creer totalmente en una causa antes de darle nuestro tiempo y dinero con un corazón dispuesto. Cuando permitimos que Dios ministre a través de nosotros, aún los incrédulos sabrán que es obra de Dios.
Libro de Ester
Autor: El libro de Ester no especifica el nombre de su autor. Las tradiciones más populares señalan a Mardoqueo (un personaje importante en el Libro de Ester), Esdras y Nehemías (quienes habrían estado familiarizados con las costumbres persas.)
Fecha de su Escritura: El Libro de Ester fue escrito probablemente entre el 46o y el 350 a.C.
Propósito de la Escritura: El propósito del Libro de Ester, es exponer la providencia de Dios, especialmente con respecto a Su pueblo elegido, Israel. El Libro de Ester registra la institución de la Fiesta del Purim y la obligación de su observación perpetua. El Libro de Ester fue leído en la Fiesta del Purim para conmemorar la gran liberación que trajo Dios a la nación judía, por medio de Ester. Los judíos de hoy aún leen Ester durante el Purim..
Versos Clave: Ester 2:15 “Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían.”
Ester 4:14 “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”
Ester 6:12 “Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.”
Ester 7:3 “Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.”
Breve Resumen: El Libro de Esther puede ser dividido en tres secciones principales. Capítulos 1:1-2:18 – Ester reemplaza a Vasti; 2:19-7:10 – Mardoqueo vence a Amán; 8:1-10:3 – Israel sobrevive al intento de Amán de destruirlos. La noble Ester arriesga su propia vida al darse cuenta de lo que estaba en juego. Ella voluntariamente hizo lo que pudo haber sido una maniobra mortal, y denunció ante el rey a Amán, quien era el segundo al mando del reino de su esposo. Ella demostró ser una oponente inteligente y más digna, a la vez que humilde y respetuosa de la posición de su esposo el rey.
Es muy parecida a la historia de José en Génesis 41:34-37, ambas historias incluyen a monarcas extranjeros quienes controlan el destino de los judíos. Ambas narraciones muestran el heroísmo de individuos israelitas, quienes proveen los medios para la salvación de su pueblo y nación. La mano de Dios es evidente, en lo que parece ser una situación desesperada, que en realidad está bajo el control total del Dios Todopoderoso, quien en última instancia tiene en mente el bien de la gente. En el centro de esta historia está la continua división entre los judíos y los amalecitas, cuyo inicio fue registrado en el Libro de Éxodo. El objetivo de Amán es el esfuerzo final registrado en el período del Antiguo Testamento, para la completa extinción de los judíos. Eventualmente, sus planes terminaron con su propia muerte, y la elevación de su enemigo Mardoqueo a su propia posición, así como la salvación de los judíos.
El ayuno es un tema importante en este libro. Hay diez banquetes registrados, y muchos de los eventos fueron planeados, conspirados, o expuestos en estos banquetes. Aunque el nombre de Dios nunca es mencionado en este libro, es evidente que los judíos de Susa buscaron Su intervención cuando ayunaron y oraron por tres días (Ester 4:16). A pesar de que la ley que autorizaba a su destrucción fue escrita de acuerdo a las leyes de los Medos y Persas que la hacían inalterable; el camino fue despejado en respuesta a sus oraciones. Ester arriesgó su vida al presentarse ante el rey sin haber sido invitada, no una, sino dos veces, (Ester 5:1-2; 8:3). Ella no estaba satisfecha con la destrucción de Amán; ella estaba decidida a salvar a su pueblo. La institución de la Fiesta del Purim está escrita y preservada para que todos la vean y aún es observada en la actualidad. Al pueblo elegido de Dios, sin ninguna mención directa de Su nombre, le fue concedida la suspensión de su ejecución a través de la sabiduría y humildad de Ester.
Referencias Proféticas: En Ester, se nos muestra tras bastidores, la continua lucha de Satanás contra los propósitos de Dios, y más especialmente contra Su Mesías prometido. La llegada de Cristo a la raza humana, fue afirmada sobre la existencia de la raza judía. Así como Amán conspiró contra los judíos con el fin de destruirlos; así también Satanás se ha declarado en contra de Cristo y el pueblo de Dios. Así como Amán fue vencido sobre la horca que construyó para Mardoqueo, así Cristo usa la misma arma que su enemigo ideó para destruirlo a Él y a Su simiente espiritual. Porque la cruz, por la cual Satanás planeó destruir al Mesías, fue el medio a través del cual Cristo “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:14-15). Así como Amán fue colgado en la horca que él construyó para Mardoqueo, así el diablo fue aplastado por la cruz que erigió para destruir a Cristo.
Aplicación Práctica: El Libro de Ester muestra la elección que hacemos entre ver la mano de Dios en las circunstancias de nuestra vida, y ver las cosas como mera coincidencia. Dios es el soberano Gobernante del universo y podemos estar seguros de que Sus planes no serán cambiados por las acciones de simples hombres malvados. Aunque Su nombre no es mencionado en el libro, a lo largo de todo el libro, se hace evidente Su cuidado providencial por su pueblo, tanto a individuos como a la nación. Por ejemplo, no podemos dejar de ver que el Todopoderoso ejerció Su influencia sobre el oportuno insomnio del rey Asuero. A través del ejemplo de Mardoqueo y Ester, en este Libro se muestra el silencioso lenguaje de amor que nuestro Padre usa con frecuencia para comunicarse directamente con nuestro espíritu.
Ester probó tener un espíritu enseñable y bondadoso, que también demostró gran fortaleza y voluntaria obediencia. La humildad de Ester fue marcadamente diferente a la de aquellos que la rodeaban, y esto le ocasionó ser elevada a la posición de reina. Ella nos enseña que el mantenerse respetuosa y humilde, aún en circunstancias no solamente difíciles, sino humanamente imposibles, nos dispone para ser el vaso receptor de increíbles bendiciones tanto para nosotros mismos como para otros. Haríamos bien en imitar sus bondadosas actitudes en todas las áreas de la vida, pero especialmente durante las pruebas. Ni una sola vez se menciona en la Escritura que hubiera habido quejas o una mala actitud de parte de ella. Muchas veces leemos que ella ganó el “favor” de aquellos que la rodeaban. Tal favor fue lo que a última instancia salvó a su pueblo. Se nos puede conceder tal favor al aceptar aún una injusta persecución, y seguir el ejemplo de Ester, de mantener una actitud positiva, aunada con la humildad y la determinación de depender de Dios. ¿Quién sabe si Dios nos puso en tal posición, justamente para una época como ésta?
Autor: El libro de Ester no especifica el nombre de su autor. Las tradiciones más populares señalan a Mardoqueo (un personaje importante en el Libro de Ester), Esdras y Nehemías (quienes habrían estado familiarizados con las costumbres persas.)
Fecha de su Escritura: El Libro de Ester fue escrito probablemente entre el 46o y el 350 a.C.
Propósito de la Escritura: El propósito del Libro de Ester, es exponer la providencia de Dios, especialmente con respecto a Su pueblo elegido, Israel. El Libro de Ester registra la institución de la Fiesta del Purim y la obligación de su observación perpetua. El Libro de Ester fue leído en la Fiesta del Purim para conmemorar la gran liberación que trajo Dios a la nación judía, por medio de Ester. Los judíos de hoy aún leen Ester durante el Purim..
Versos Clave: Ester 2:15 “Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mardoqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos los que la veían.”
Ester 4:14 “Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”
Ester 6:12 “Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado y cubierta su cabeza.”
Ester 7:3 “Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda.”
Breve Resumen: El Libro de Esther puede ser dividido en tres secciones principales. Capítulos 1:1-2:18 – Ester reemplaza a Vasti; 2:19-7:10 – Mardoqueo vence a Amán; 8:1-10:3 – Israel sobrevive al intento de Amán de destruirlos. La noble Ester arriesga su propia vida al darse cuenta de lo que estaba en juego. Ella voluntariamente hizo lo que pudo haber sido una maniobra mortal, y denunció ante el rey a Amán, quien era el segundo al mando del reino de su esposo. Ella demostró ser una oponente inteligente y más digna, a la vez que humilde y respetuosa de la posición de su esposo el rey.
Es muy parecida a la historia de José en Génesis 41:34-37, ambas historias incluyen a monarcas extranjeros quienes controlan el destino de los judíos. Ambas narraciones muestran el heroísmo de individuos israelitas, quienes proveen los medios para la salvación de su pueblo y nación. La mano de Dios es evidente, en lo que parece ser una situación desesperada, que en realidad está bajo el control total del Dios Todopoderoso, quien en última instancia tiene en mente el bien de la gente. En el centro de esta historia está la continua división entre los judíos y los amalecitas, cuyo inicio fue registrado en el Libro de Éxodo. El objetivo de Amán es el esfuerzo final registrado en el período del Antiguo Testamento, para la completa extinción de los judíos. Eventualmente, sus planes terminaron con su propia muerte, y la elevación de su enemigo Mardoqueo a su propia posición, así como la salvación de los judíos.
El ayuno es un tema importante en este libro. Hay diez banquetes registrados, y muchos de los eventos fueron planeados, conspirados, o expuestos en estos banquetes. Aunque el nombre de Dios nunca es mencionado en este libro, es evidente que los judíos de Susa buscaron Su intervención cuando ayunaron y oraron por tres días (Ester 4:16). A pesar de que la ley que autorizaba a su destrucción fue escrita de acuerdo a las leyes de los Medos y Persas que la hacían inalterable; el camino fue despejado en respuesta a sus oraciones. Ester arriesgó su vida al presentarse ante el rey sin haber sido invitada, no una, sino dos veces, (Ester 5:1-2; 8:3). Ella no estaba satisfecha con la destrucción de Amán; ella estaba decidida a salvar a su pueblo. La institución de la Fiesta del Purim está escrita y preservada para que todos la vean y aún es observada en la actualidad. Al pueblo elegido de Dios, sin ninguna mención directa de Su nombre, le fue concedida la suspensión de su ejecución a través de la sabiduría y humildad de Ester.
Referencias Proféticas: En Ester, se nos muestra tras bastidores, la continua lucha de Satanás contra los propósitos de Dios, y más especialmente contra Su Mesías prometido. La llegada de Cristo a la raza humana, fue afirmada sobre la existencia de la raza judía. Así como Amán conspiró contra los judíos con el fin de destruirlos; así también Satanás se ha declarado en contra de Cristo y el pueblo de Dios. Así como Amán fue vencido sobre la horca que construyó para Mardoqueo, así Cristo usa la misma arma que su enemigo ideó para destruirlo a Él y a Su simiente espiritual. Porque la cruz, por la cual Satanás planeó destruir al Mesías, fue el medio a través del cual Cristo “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” (Colosenses 2:14-15). Así como Amán fue colgado en la horca que él construyó para Mardoqueo, así el diablo fue aplastado por la cruz que erigió para destruir a Cristo.
Aplicación Práctica: El Libro de Ester muestra la elección que hacemos entre ver la mano de Dios en las circunstancias de nuestra vida, y ver las cosas como mera coincidencia. Dios es el soberano Gobernante del universo y podemos estar seguros de que Sus planes no serán cambiados por las acciones de simples hombres malvados. Aunque Su nombre no es mencionado en el libro, a lo largo de todo el libro, se hace evidente Su cuidado providencial por su pueblo, tanto a individuos como a la nación. Por ejemplo, no podemos dejar de ver que el Todopoderoso ejerció Su influencia sobre el oportuno insomnio del rey Asuero. A través del ejemplo de Mardoqueo y Ester, en este Libro se muestra el silencioso lenguaje de amor que nuestro Padre usa con frecuencia para comunicarse directamente con nuestro espíritu.
Ester probó tener un espíritu enseñable y bondadoso, que también demostró gran fortaleza y voluntaria obediencia. La humildad de Ester fue marcadamente diferente a la de aquellos que la rodeaban, y esto le ocasionó ser elevada a la posición de reina. Ella nos enseña que el mantenerse respetuosa y humilde, aún en circunstancias no solamente difíciles, sino humanamente imposibles, nos dispone para ser el vaso receptor de increíbles bendiciones tanto para nosotros mismos como para otros. Haríamos bien en imitar sus bondadosas actitudes en todas las áreas de la vida, pero especialmente durante las pruebas. Ni una sola vez se menciona en la Escritura que hubiera habido quejas o una mala actitud de parte de ella. Muchas veces leemos que ella ganó el “favor” de aquellos que la rodeaban. Tal favor fue lo que a última instancia salvó a su pueblo. Se nos puede conceder tal favor al aceptar aún una injusta persecución, y seguir el ejemplo de Ester, de mantener una actitud positiva, aunada con la humildad y la determinación de depender de Dios. ¿Quién sabe si Dios nos puso en tal posición, justamente para una época como ésta?
Libro de Job
Autor: El libro de Job no especifica el nombre de su autor. Los candidatos más probables son Job, Eliú, Moisés y Salomón.
Fecha de su Escritura: La fecha de la autoría del Libro de Job sería determinada por el autor del Libro de Job. Si Moisés fue el autor, la fecha sería alrededor del 1440 a.C. Si su autor fue Salomón, la fecha sería alrededor de 950 a.C. Como no conocemos al autor, tampoco podemos saber la fecha de su escritura.
Propósito de la Escritura: El Libro de Job nos ayuda a entender lo siguiente: Satanás no puede traer sobre nosotros la destrucción financiera y física, a menos que sea bajo el permiso de Dios. Dios tiene el poder sobre lo que Satanás puede y no puede hacer. Está más allá de nuestra humana habilidad para entender el “¿por qué? detrás de todo el sufrimiento en el mundo. Los impíos recibirán su justo pago. No siempre podemos culpar por nuestro sufrimiento al pecado y nuestro estilo de vida. El sufrimiento puede ser permitido a veces en nuestras vidas con el fin de purificarlas, probarlas, enseñar o fortalecer el alma. Dios sigue siendo suficiente, y pide y merece nuestro amor y alabanza en todas las circunstancias de la vida.
Versos Clave: Job 1:1 “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.”
Job 1:21 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.”
Job 38:1-2 “Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?”
Job 42:5-6 “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.”
Breve Resumen: El libro inicia con una escena en el cielo, donde Satanás llega a acusar a Job ante Dios. Él insiste en que Job solo le sirve a Dios porque Dios lo protege, y busca el permiso de Dios para probar la fe y la lealtad e Job. Dios le concede Su permiso, solo dentro de ciertos límites. ¿Porqué sufren los justos? Esta es la pregunta que se levanta después de que Job pierde a su familia, su fortuna, y su salud. Los tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, llegan “consolarlo” y a discutir su aplastante serie de tragedias. Ellos insisten en que su sufrimiento es un castigo por el pecado en su vida. Sin embargo, Job permanece fiel a Dios a través de todo esto, y afirma que su vida no ha sido una de pecado. Un cuarto hombre, Eliú, le dice a Job que necesita humillarse a sí mismo y someterse a las pruebas usadas por Dios para purificar su vida. Finalmente Job cuestiona a Dios mismo y aprende valiosas lecciones acerca de la soberanía de Dios y su necesidad de confiar totalmente en el Señor. Job es entonces restaurado en su salud, felicidad y prosperidad, mucho más allá de su situación inicial.
Referencias Proféticas: Mientras Job reflexionaba sobre la causa de su miseria, tres preguntas vinieron a su mente, todas las cuales son respondidas solo en nuestro Señor Jesucristo. Estas preguntas ocurren en el capítulo 14. Primero, en el verso 4 Job pregunta “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.” La pregunta de Job viene de un corazón que reconoce que no es posible complacer a Dios o ser justificado a Sus ojos. Dios es santo; nosotros no. Por tanto, existe un gran abismo causado por el pecado, entre Dios y el hombre. Pero la respuesta a la angustiosa pregunta de Job se encuentra en Jesucristo. Él ha pagado el castigo por nuestro pecado y lo ha intercambiado por Su justicia, haciéndonos por ello aceptables a los ojos de Dios (Hebreos 10:14; Colosenses 1:21-23; 2 Corintios 5:17).
Segunda pregunta de Job, “Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?” (vrs. 10) es otra pregunta acerca de la eternidad, la vida y la muerte que es respondida solo en Cristo. Con Cristo, la respuesta a ‘¿dónde estará él?’ es en la vida eterna, en el cielo. Sin Cristo, la respuesta es una eternidad “en las tinieblas de afuera” donde será “el lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 25:30).
La tercera pregunta de Job, se encuentra en el verso 14, y dice “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” Una vez más, la respuesta se encuentra en Cristo. Nosotros realmente viviremos de nuevo si estamos en Él “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:54-55).
Aplicación Práctica: El Libro de Job nos recuerda que hay un “conflicto cósmico” sucediendo tras bastidores, del que usualmente desconocemos todo acerca de él. Con frecuencia nos preguntamos porqué Dios permite algo, y cuestionamos o dudamos de la bondad de Dios, sin haber visto el panorama completo. El Libro de Job nos enseña a confiar en Dios bajo todas las circunstancias. Debemos confiar en Dios, no solo CUANDO no entendemos, sino PORQUE no entendemos. El salmista nos dice “En cuanto a Dios, perfecto es su camino.” (Salmo 18:30). Si los caminos de Dios son “perfectos”, entonces podemos confiar en que cualquier cosa que Él hace – y cualquiera que Él permite – también es perfecta. Esto pudiera no parecer posible para nosotros, pero nuestra mente no es la mente de Dios. Es verdad que no podemos esperar entender Su mente perfectamente, como Él nos lo recuerda “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9). Sin embargo, nuestra responsabilidad hacia Dios es obedecerlo, confiar en Él y someternos a Su voluntad, ya sea que la entendamos o no.
Autor: El libro de Job no especifica el nombre de su autor. Los candidatos más probables son Job, Eliú, Moisés y Salomón.
Fecha de su Escritura: La fecha de la autoría del Libro de Job sería determinada por el autor del Libro de Job. Si Moisés fue el autor, la fecha sería alrededor del 1440 a.C. Si su autor fue Salomón, la fecha sería alrededor de 950 a.C. Como no conocemos al autor, tampoco podemos saber la fecha de su escritura.
Propósito de la Escritura: El Libro de Job nos ayuda a entender lo siguiente: Satanás no puede traer sobre nosotros la destrucción financiera y física, a menos que sea bajo el permiso de Dios. Dios tiene el poder sobre lo que Satanás puede y no puede hacer. Está más allá de nuestra humana habilidad para entender el “¿por qué? detrás de todo el sufrimiento en el mundo. Los impíos recibirán su justo pago. No siempre podemos culpar por nuestro sufrimiento al pecado y nuestro estilo de vida. El sufrimiento puede ser permitido a veces en nuestras vidas con el fin de purificarlas, probarlas, enseñar o fortalecer el alma. Dios sigue siendo suficiente, y pide y merece nuestro amor y alabanza en todas las circunstancias de la vida.
Versos Clave: Job 1:1 “Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.”
Job 1:21 “y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito.”
Job 38:1-2 “Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: ¿Quién es ése que oscurece el consejo con palabras sin sabiduría?”
Job 42:5-6 “De oídas te había oído; mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza.”
Breve Resumen: El libro inicia con una escena en el cielo, donde Satanás llega a acusar a Job ante Dios. Él insiste en que Job solo le sirve a Dios porque Dios lo protege, y busca el permiso de Dios para probar la fe y la lealtad e Job. Dios le concede Su permiso, solo dentro de ciertos límites. ¿Porqué sufren los justos? Esta es la pregunta que se levanta después de que Job pierde a su familia, su fortuna, y su salud. Los tres amigos de Job, Elifaz, Bildad y Zofar, llegan “consolarlo” y a discutir su aplastante serie de tragedias. Ellos insisten en que su sufrimiento es un castigo por el pecado en su vida. Sin embargo, Job permanece fiel a Dios a través de todo esto, y afirma que su vida no ha sido una de pecado. Un cuarto hombre, Eliú, le dice a Job que necesita humillarse a sí mismo y someterse a las pruebas usadas por Dios para purificar su vida. Finalmente Job cuestiona a Dios mismo y aprende valiosas lecciones acerca de la soberanía de Dios y su necesidad de confiar totalmente en el Señor. Job es entonces restaurado en su salud, felicidad y prosperidad, mucho más allá de su situación inicial.
Referencias Proféticas: Mientras Job reflexionaba sobre la causa de su miseria, tres preguntas vinieron a su mente, todas las cuales son respondidas solo en nuestro Señor Jesucristo. Estas preguntas ocurren en el capítulo 14. Primero, en el verso 4 Job pregunta “¿Quién hará limpio a lo inmundo? Nadie.” La pregunta de Job viene de un corazón que reconoce que no es posible complacer a Dios o ser justificado a Sus ojos. Dios es santo; nosotros no. Por tanto, existe un gran abismo causado por el pecado, entre Dios y el hombre. Pero la respuesta a la angustiosa pregunta de Job se encuentra en Jesucristo. Él ha pagado el castigo por nuestro pecado y lo ha intercambiado por Su justicia, haciéndonos por ello aceptables a los ojos de Dios (Hebreos 10:14; Colosenses 1:21-23; 2 Corintios 5:17).
Segunda pregunta de Job, “Mas el hombre morirá, y será cortado; perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?” (vrs. 10) es otra pregunta acerca de la eternidad, la vida y la muerte que es respondida solo en Cristo. Con Cristo, la respuesta a ‘¿dónde estará él?’ es en la vida eterna, en el cielo. Sin Cristo, la respuesta es una eternidad “en las tinieblas de afuera” donde será “el lloro y el crujir de dientes.” (Mateo 25:30).
La tercera pregunta de Job, se encuentra en el verso 14, y dice “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” Una vez más, la respuesta se encuentra en Cristo. Nosotros realmente viviremos de nuevo si estamos en Él “Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria. ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Corintios 15:54-55).
Aplicación Práctica: El Libro de Job nos recuerda que hay un “conflicto cósmico” sucediendo tras bastidores, del que usualmente desconocemos todo acerca de él. Con frecuencia nos preguntamos porqué Dios permite algo, y cuestionamos o dudamos de la bondad de Dios, sin haber visto el panorama completo. El Libro de Job nos enseña a confiar en Dios bajo todas las circunstancias. Debemos confiar en Dios, no solo CUANDO no entendemos, sino PORQUE no entendemos. El salmista nos dice “En cuanto a Dios, perfecto es su camino.” (Salmo 18:30). Si los caminos de Dios son “perfectos”, entonces podemos confiar en que cualquier cosa que Él hace – y cualquiera que Él permite – también es perfecta. Esto pudiera no parecer posible para nosotros, pero nuestra mente no es la mente de Dios. Es verdad que no podemos esperar entender Su mente perfectamente, como Él nos lo recuerda “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.” (Isaías 55:8-9). Sin embargo, nuestra responsabilidad hacia Dios es obedecerlo, confiar en Él y someternos a Su voluntad, ya sea que la entendamos o no.