Génesis, Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio.
Libro de Génesis
Autor: El autor del Libro del Génesis no está identificado. Tradicionalmente, siempre se asumió que Moisés fue su autor. No hay una razón concluyente para negar la autoría mosaica de Génesis.
Fecha de su Escritura: El Libro de Génesis no declara cuándo fue escrito. La fecha de su autoría es aproximadamente entre el 1440 y 1400 a.C.; entre el tiempo en que Moisés condujo a los israelitas fuera de Egipto y su muerte.
Propósito de la Escritura: Al Libro de Génesis algunas veces se le ha llamado el “semillero” de toda la Biblia. La mayoría de las principales doctrinas en la Biblia son introducidas en forma de “semilla” en el Libro de Génesis. Junto con la caída del hombre, también está registrada la promesa de Dios para la salvación y redención (Génesis 3:15). Las doctrinas de la creación, la imputación del pecado, la justificación, expiación, depravación, ira, gracia, soberanía, responsabilidad, y mucho más está descrito en este libro de los orígenes llamado Génesis.
Muchas de las grandes preguntas de la vida están respondidas en Génesis. [1] ¿De dónde vengo? (Dios nos creó – Génesis 1:1) [2] ¿Por qué estoy aquí? (estamos aquí para tener una relación con Dios – Génesis 15:6) [3] ¿Dónde voy? (tenemos un destino después de la muerte – Génesis 25:8). Génesis es de gran interés para el científico, el historiador, el teólogo, el ama de casa, el granjero, el viajero, y el hombre y la mujer de Dios. Es el punto de partida apropiado para la historia de Dios de Su plan para la raza humana, la Biblia.
Versos Clave: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15).
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Génesis 12:2-3)
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” (Génesis 50:20)
Breve Resumen: El Libro de Génesis puede ser dividido en dos secciones: La Historia Primitiva y la Historia Patriarcal. La Historia Primitiva registra: [1] la Creación (Génesis capítulos 1-2); [2] la Caída del hombre (Génesis 3-5); [3] el Diluvio (Génesis capítulos 6-9); y [4] la Dispersión (Génesis capítulos 10-11). La Historia Patriarcal registra las vidas de cuatro grandes hombres: [1] Abraham (Génesis capítulos 10-11); [2] Isaac (Génesis 21:1 al 35:29); [3] Jacob (Génesis 25:21 al 50:14); y [4] José (Génesis 30:22 al 50:26).
Dios creó un universo que era bueno y libre de pecado. Dios creó a la humanidad para tener una relación personal con Él. Adán y Eva pecaron y por ello trajeron la maldad y la muerte al mundo. La maldad se incrementó constantemente en el mundo hasta que solamente quedó una familia en la que Dios encontró algo bueno. Dios envió el Diluvio para acabar con el mal, pero salvó a Noé y su familia junto con los animales en el Arca. Después del Diluvio, la humanidad comenzó nuevamente a multiplicarse y se extendió por todo el mundo.
Dios eligió a Abraham, a través de quien Él formaría un pueblo elegido y eventualmente al Mesías prometido. El linaje elegido pasó a Isaac el hijo de Abraham, y luego a Jacob, el hijo de Isaac. Dios cambió el nombre de Jacob al de Israel, y sus doce hijos se convirtieron en los ancestros de las doce tribus de Israel. En Su soberanía, Dios hizo que José el hijo de Jacob fuera enviado a Egipto debido a las despreciables acciones de sus hermanos. Este hecho, previsto para su mal por sus hermanos, estaba destinado por Dios para bien, y eventualmente dio como resultado que José, quien había adquirido gran poder en Egipto, salvara a Jacob y su familia de una hambruna devastadora.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento tienen sus raíces en Génesis. Jesucristo es la Simiente de la mujer que destruiría el poder de Satanás (Génesis 3:15). En cuanto a José, el plan de Dios para el bien de la humanidad a través del sacrificio de Su Hijo, fue destinado para bien, aunque aquellos que crucificaron a Jesús lo hicieron por maldad. Noé y su familia son los primeros de muchos remanentes descritos en la Biblia. A pesar de las adversidades y las difíciles circunstancias, Dios siempre preserva para Sí Mismo a un remanente fiel. El remanente de los israelitas regresó a Jerusalén después de la cautividad en Babilonia; Dios preservó a un remanente a través de todas las persecuciones descritas en Isaías y Jeremías, un remanente de 7000 sacerdotes fue escondido de la ira de Jezabel; Dios promete que un día, un remanente de judíos se convertirá a su verdadero Mesías (Romanos 11). La fe manifestada por Abraham sería el don de Dios y la base de la salvación tanto de judíos como de gentiles (Efesios 2:8-9; Hebreos 11).
Aplicación Práctica: El tema predominante de Génesis, es la existencia eterna de Dios y Su creación del mundo. No hay esfuerzo por parte del autor, de defender la existencia de Dios; él simplemente declara que Dios es, siempre ha sido, y siempre será, todopoderoso sobre todas las cosas. De la misma manera, tenemos confianza en las verdades de Génesis, a pesar de los alegatos de aquellos que las negarían. Toda la gente, sin importar la cultura, nacionalidad o lenguaje, es responsable ante el Creador. A causa del pecado, introducido al mundo en la Caída, fuimos separados de Él. Pero a través de una pequeña nación, Israel, el plan de Dios para la redención de la raza humana fue revelado y puesto a disposición de todos. Nos regocijamos en ese plan.
Dios creó el universo, la tierra y todo ser viviente. Podemos confiar en Él, para manejar las preocupaciones de nuestras vidas. Dios puede tomar una situación sin esperanza de solución (p. ej. la falta de hijos de Abraham y Sara), y hacer cosas asombrosas si simplemente confiamos y obedecemos. Cosas terribles e injustas suceden en nuestras vidas, como con José, pero Dios siempre traerá un mayor bien, si tenemos fe en Él y en Su plan soberano. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”(Romanos 8:28).
Autor: El autor del Libro del Génesis no está identificado. Tradicionalmente, siempre se asumió que Moisés fue su autor. No hay una razón concluyente para negar la autoría mosaica de Génesis.
Fecha de su Escritura: El Libro de Génesis no declara cuándo fue escrito. La fecha de su autoría es aproximadamente entre el 1440 y 1400 a.C.; entre el tiempo en que Moisés condujo a los israelitas fuera de Egipto y su muerte.
Propósito de la Escritura: Al Libro de Génesis algunas veces se le ha llamado el “semillero” de toda la Biblia. La mayoría de las principales doctrinas en la Biblia son introducidas en forma de “semilla” en el Libro de Génesis. Junto con la caída del hombre, también está registrada la promesa de Dios para la salvación y redención (Génesis 3:15). Las doctrinas de la creación, la imputación del pecado, la justificación, expiación, depravación, ira, gracia, soberanía, responsabilidad, y mucho más está descrito en este libro de los orígenes llamado Génesis.
Muchas de las grandes preguntas de la vida están respondidas en Génesis. [1] ¿De dónde vengo? (Dios nos creó – Génesis 1:1) [2] ¿Por qué estoy aquí? (estamos aquí para tener una relación con Dios – Génesis 15:6) [3] ¿Dónde voy? (tenemos un destino después de la muerte – Génesis 25:8). Génesis es de gran interés para el científico, el historiador, el teólogo, el ama de casa, el granjero, el viajero, y el hombre y la mujer de Dios. Es el punto de partida apropiado para la historia de Dios de Su plan para la raza humana, la Biblia.
Versos Clave: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1:1)
“Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.” (Génesis 3:15).
“Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.” (Génesis 12:2-3)
“Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo.” (Génesis 50:20)
Breve Resumen: El Libro de Génesis puede ser dividido en dos secciones: La Historia Primitiva y la Historia Patriarcal. La Historia Primitiva registra: [1] la Creación (Génesis capítulos 1-2); [2] la Caída del hombre (Génesis 3-5); [3] el Diluvio (Génesis capítulos 6-9); y [4] la Dispersión (Génesis capítulos 10-11). La Historia Patriarcal registra las vidas de cuatro grandes hombres: [1] Abraham (Génesis capítulos 10-11); [2] Isaac (Génesis 21:1 al 35:29); [3] Jacob (Génesis 25:21 al 50:14); y [4] José (Génesis 30:22 al 50:26).
Dios creó un universo que era bueno y libre de pecado. Dios creó a la humanidad para tener una relación personal con Él. Adán y Eva pecaron y por ello trajeron la maldad y la muerte al mundo. La maldad se incrementó constantemente en el mundo hasta que solamente quedó una familia en la que Dios encontró algo bueno. Dios envió el Diluvio para acabar con el mal, pero salvó a Noé y su familia junto con los animales en el Arca. Después del Diluvio, la humanidad comenzó nuevamente a multiplicarse y se extendió por todo el mundo.
Dios eligió a Abraham, a través de quien Él formaría un pueblo elegido y eventualmente al Mesías prometido. El linaje elegido pasó a Isaac el hijo de Abraham, y luego a Jacob, el hijo de Isaac. Dios cambió el nombre de Jacob al de Israel, y sus doce hijos se convirtieron en los ancestros de las doce tribus de Israel. En Su soberanía, Dios hizo que José el hijo de Jacob fuera enviado a Egipto debido a las despreciables acciones de sus hermanos. Este hecho, previsto para su mal por sus hermanos, estaba destinado por Dios para bien, y eventualmente dio como resultado que José, quien había adquirido gran poder en Egipto, salvara a Jacob y su familia de una hambruna devastadora.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento tienen sus raíces en Génesis. Jesucristo es la Simiente de la mujer que destruiría el poder de Satanás (Génesis 3:15). En cuanto a José, el plan de Dios para el bien de la humanidad a través del sacrificio de Su Hijo, fue destinado para bien, aunque aquellos que crucificaron a Jesús lo hicieron por maldad. Noé y su familia son los primeros de muchos remanentes descritos en la Biblia. A pesar de las adversidades y las difíciles circunstancias, Dios siempre preserva para Sí Mismo a un remanente fiel. El remanente de los israelitas regresó a Jerusalén después de la cautividad en Babilonia; Dios preservó a un remanente a través de todas las persecuciones descritas en Isaías y Jeremías, un remanente de 7000 sacerdotes fue escondido de la ira de Jezabel; Dios promete que un día, un remanente de judíos se convertirá a su verdadero Mesías (Romanos 11). La fe manifestada por Abraham sería el don de Dios y la base de la salvación tanto de judíos como de gentiles (Efesios 2:8-9; Hebreos 11).
Aplicación Práctica: El tema predominante de Génesis, es la existencia eterna de Dios y Su creación del mundo. No hay esfuerzo por parte del autor, de defender la existencia de Dios; él simplemente declara que Dios es, siempre ha sido, y siempre será, todopoderoso sobre todas las cosas. De la misma manera, tenemos confianza en las verdades de Génesis, a pesar de los alegatos de aquellos que las negarían. Toda la gente, sin importar la cultura, nacionalidad o lenguaje, es responsable ante el Creador. A causa del pecado, introducido al mundo en la Caída, fuimos separados de Él. Pero a través de una pequeña nación, Israel, el plan de Dios para la redención de la raza humana fue revelado y puesto a disposición de todos. Nos regocijamos en ese plan.
Dios creó el universo, la tierra y todo ser viviente. Podemos confiar en Él, para manejar las preocupaciones de nuestras vidas. Dios puede tomar una situación sin esperanza de solución (p. ej. la falta de hijos de Abraham y Sara), y hacer cosas asombrosas si simplemente confiamos y obedecemos. Cosas terribles e injustas suceden en nuestras vidas, como con José, pero Dios siempre traerá un mayor bien, si tenemos fe en Él y en Su plan soberano. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”(Romanos 8:28).
Libro de Éxodo
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Éxodo (Éxodo 17:14; 24:4-7; 34:27).
Fecha de su Escritura: El Libro de Éxodo fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: La palabra “éxodo” significa salida. En el tiempo de Dios, el éxodo de los israelitas de Egipto, marcó el final de un período de opresión para los descendientes de Abraham (Génesis 15:13), y el principio del cumplimiento del pacto de la promesa hecha a Abraham, de que sus descendientes no solo habitarían en la Tierra Prometida, sino también se multiplicarían y llegarían a ser una gran nación (Génesis 12:1-3, 7). El propósito del libro puede ser expresado como un seguimiento desde el rápido crecimiento de los descendientes de Jacob en Egipto, hasta el establecimiento de la nación teocrática en su Tierra Prometida.
Versos Clave: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José” (Éxodo 1:8)
“Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios. (Éxodo 2:24-25)
“Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.” (Éxodo 12:27)
“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (Éxodo 20:2-3)
Breve Resumen: Éxodo comienza donde se queda Génesis, mientras Dios trata con Su pueblo elegido, el judío. Éxodo sigue los eventos desde el tiempo en que Israel entra en Egipto como invitados de José, quien era un personaje poderoso en Egipto, hasta que ellos fueron eventualmente liberados de la cruel esclavitud a la cual habían sido llevador por “…un nuevo rey que no conocía a José” (Éxodo 1:8)
Los capítulos 1-14 describen las condiciones de opresión de los judíos bajo el gobierno del faraón, el surgimiento de Moisés como su libertador, las plagas traídas por Dios sobre Egipto a causa de la negativa de su líder de someterse a Él, y la salida de Egipto. La soberana y poderosa mano de Dios es apreciada en los milagros de las plagas – terminando con la plaga de la muerte de los unigénitos y la institución de la primera Pascua – la liberación de los israelitas, su paso por el Mar Rojo, y la destrucción del ejército egipcio.
La parte central de Éxodo es dedicada al peregrinaje en el desierto y la milagrosa provisión de Dios para Su pueblo. Pero aunque Él les dio pan del cielo, agua dulce de la amarga, agua de la roca, victoria sobre aquellos que los hubieran destruido, Su Ley escrita en tablas de piedra por Su propia mano, y Su presencia en forma de columnas de fuego y nube, la gente continuamente murmuraba y se rebelaba contra Él.
La última tercera parte del libro, describe la construcción del Arca del Pacto y el plan para el Tabernáculo con sus variados sacrificios, altares, mobiliario, ceremonias y formas de adoración.
Referencias Proféticas: Los numerosos sacrificios requeridos a los israelitas eran una ilustración del sacrificio supremo, la Pascua del Cordero de Dios, Jesucristo. En la noche de la última plaga en Egipto, se sacrificó a un cordero sin defecto y su sangre se aplicó en los dos postes y el dintel de las puertas en las casas del pueblo de Dios, protegiéndolos del ángel de la muerte. Esto prefiguraba a Jesús, el Cordero de Dios sin mancha y sin contaminación (1 Pedro 1:19), cuya sangre aplicada en nosotros, nos asegura la vida eterna. Entre las presentaciones simbólicas de Cristo en el libro de Éxodo está el relato del agua que sale de la roca en Éxodo 17:6. Así como Moisés golpeó la roca para proporcionar el agua de vida para que bebiera la gente, así Dios golpeó la Roca para nuestra salvación, crucificando a Cristo por nuestro pecado, y de la Roca salió el don del agua viva (Juan 4:10). La provisión del maná en el desierto es un cuadro perfecto de Cristo, el Pan de Vida (Juan 6:48), provisto por Dios para darnos vida.
Aplicación Práctica: La Ley Mosaica fue dada en parte para mostrar al ser humano que era incapaz de guardarla. Somos incapaces de agradar a Dios por medio del cumplimiento de la ley; por tanto, Pablo nos exhorta a “poner nuestra fe en Jesucristo, para que podamos ser justificados por la fe en Cristo y no por la observancia de la ley, porque por las obras de la ley, ninguno será justificado” (Gálatas 2:16).
La provisión de Dios para los israelitas, desde su liberación de la cautividad hasta el maná y las codornices en el desierto, son claras indicaciones de Su provisión por gracia para Su pueblo. Dios ha prometido cubrir todas nuestras necesidades. “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” (1 Corintios 1:9).
Debemos confiar en el Señor, porque Él puede librarnos de todo. Pero Dios no permite que el pecado quede impune para siempre. Como resultado, podemos confiar en Su retribución y justicia. Cuando Dios nos libra de una mala situación, debemos procurar no regresar. Cuando Dios nos demanda algo, Él espera que lo cumplamos, pero al mismo tiempo Él nos da la gracia y misericordia porque Él sabe que por nosotros mismos, jamás podremos ser capaces de obedecer plenamente.
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Éxodo (Éxodo 17:14; 24:4-7; 34:27).
Fecha de su Escritura: El Libro de Éxodo fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: La palabra “éxodo” significa salida. En el tiempo de Dios, el éxodo de los israelitas de Egipto, marcó el final de un período de opresión para los descendientes de Abraham (Génesis 15:13), y el principio del cumplimiento del pacto de la promesa hecha a Abraham, de que sus descendientes no solo habitarían en la Tierra Prometida, sino también se multiplicarían y llegarían a ser una gran nación (Génesis 12:1-3, 7). El propósito del libro puede ser expresado como un seguimiento desde el rápido crecimiento de los descendientes de Jacob en Egipto, hasta el establecimiento de la nación teocrática en su Tierra Prometida.
Versos Clave: “Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José” (Éxodo 1:8)
“Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios. (Éxodo 2:24-25)
“Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró.” (Éxodo 12:27)
“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí.” (Éxodo 20:2-3)
Breve Resumen: Éxodo comienza donde se queda Génesis, mientras Dios trata con Su pueblo elegido, el judío. Éxodo sigue los eventos desde el tiempo en que Israel entra en Egipto como invitados de José, quien era un personaje poderoso en Egipto, hasta que ellos fueron eventualmente liberados de la cruel esclavitud a la cual habían sido llevador por “…un nuevo rey que no conocía a José” (Éxodo 1:8)
Los capítulos 1-14 describen las condiciones de opresión de los judíos bajo el gobierno del faraón, el surgimiento de Moisés como su libertador, las plagas traídas por Dios sobre Egipto a causa de la negativa de su líder de someterse a Él, y la salida de Egipto. La soberana y poderosa mano de Dios es apreciada en los milagros de las plagas – terminando con la plaga de la muerte de los unigénitos y la institución de la primera Pascua – la liberación de los israelitas, su paso por el Mar Rojo, y la destrucción del ejército egipcio.
La parte central de Éxodo es dedicada al peregrinaje en el desierto y la milagrosa provisión de Dios para Su pueblo. Pero aunque Él les dio pan del cielo, agua dulce de la amarga, agua de la roca, victoria sobre aquellos que los hubieran destruido, Su Ley escrita en tablas de piedra por Su propia mano, y Su presencia en forma de columnas de fuego y nube, la gente continuamente murmuraba y se rebelaba contra Él.
La última tercera parte del libro, describe la construcción del Arca del Pacto y el plan para el Tabernáculo con sus variados sacrificios, altares, mobiliario, ceremonias y formas de adoración.
Referencias Proféticas: Los numerosos sacrificios requeridos a los israelitas eran una ilustración del sacrificio supremo, la Pascua del Cordero de Dios, Jesucristo. En la noche de la última plaga en Egipto, se sacrificó a un cordero sin defecto y su sangre se aplicó en los dos postes y el dintel de las puertas en las casas del pueblo de Dios, protegiéndolos del ángel de la muerte. Esto prefiguraba a Jesús, el Cordero de Dios sin mancha y sin contaminación (1 Pedro 1:19), cuya sangre aplicada en nosotros, nos asegura la vida eterna. Entre las presentaciones simbólicas de Cristo en el libro de Éxodo está el relato del agua que sale de la roca en Éxodo 17:6. Así como Moisés golpeó la roca para proporcionar el agua de vida para que bebiera la gente, así Dios golpeó la Roca para nuestra salvación, crucificando a Cristo por nuestro pecado, y de la Roca salió el don del agua viva (Juan 4:10). La provisión del maná en el desierto es un cuadro perfecto de Cristo, el Pan de Vida (Juan 6:48), provisto por Dios para darnos vida.
Aplicación Práctica: La Ley Mosaica fue dada en parte para mostrar al ser humano que era incapaz de guardarla. Somos incapaces de agradar a Dios por medio del cumplimiento de la ley; por tanto, Pablo nos exhorta a “poner nuestra fe en Jesucristo, para que podamos ser justificados por la fe en Cristo y no por la observancia de la ley, porque por las obras de la ley, ninguno será justificado” (Gálatas 2:16).
La provisión de Dios para los israelitas, desde su liberación de la cautividad hasta el maná y las codornices en el desierto, son claras indicaciones de Su provisión por gracia para Su pueblo. Dios ha prometido cubrir todas nuestras necesidades. “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.” (1 Corintios 1:9).
Debemos confiar en el Señor, porque Él puede librarnos de todo. Pero Dios no permite que el pecado quede impune para siempre. Como resultado, podemos confiar en Su retribución y justicia. Cuando Dios nos libra de una mala situación, debemos procurar no regresar. Cuando Dios nos demanda algo, Él espera que lo cumplamos, pero al mismo tiempo Él nos da la gracia y misericordia porque Él sabe que por nosotros mismos, jamás podremos ser capaces de obedecer plenamente.
Libro de Levítico
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Levítico.
Fecha de su Escritura: El Libro de Levítico fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: En razón de que los israelitas habían estado en cautiverio en Egipto por 400 años, el concepto de Dios había sido distorsionado por el politeísmo y paganismo de los egipcios. El propósito de Levítico es proveer la instrucción y las leyes para guiar a un pecaminoso y aún así redimido pueblo en su relación con un Dios santo. Hay un énfasis en Levítico sobre la necesidad de una santidad personal en respuesta a la santidad de Dios. El pecado debe ser expiado a través de la ofrenda de sacrificios adecuados (capítulos 8-10). Otros temas cubiertos en el libro, son las dietas (alimentos puros e impuros), los partos, y enfermedades que son cuidadosamente reguladas (capítulos 11-15). El capítulo 16 describe el Día de la Expiación cuando se ofrecía un sacrificio anual por el pecado acumulado del pueblo. Además, el pueblo de Dios debía ser sobrio en su vida personal, moral y social, en contraste con las entonces acostumbradas prácticas de los paganos a su alrededor (capítulos 17-22).
Versos Clave: “Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya.” (Levítico 1:4).
“Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” (Levítico 17:11).
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” (Levítico 19:18).
Breve Resumen: Los capítulos 1-7 explican las ofrendas requeridas tanto del laico, como del sacerdote. Los capítulos 8-10 describen la consagración de Aarón y sus hijos para el sacerdocio. Los capítulos 11-16 son prescripciones para varios tipos de inmundicia. Los 10 capítulos finales tratan de la guía de Dios a Su pueblo para una santidad práctica. Varias fiestas fueron instituidas en la adoración del pueblo a Jehová Dios, convocadas y practicadas de acuerdo a las leyes de Dios. Las bendiciones y maldiciones acompañarían a quienes guardaran o transgredieran los mandamientos de Dios (capítulo 26). Los votos al Señor se mencionan en el capítulo 27.
El tema principal de Levítico es la santidad. La demanda de Dios por la santidad de Su pueblo está basada en la santidad de Su propia naturaleza. Un tema correspondiente es el de la expiación. La santidad debe ser mantenida ante Dios, y la santidad solo puede ser obtenida a través de una adecuada expiación.
Referencias Proféticas: Muchas de las prácticas en los rituales de adoración, ilustran de muchas formas la persona y la obra de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Hebreos 10 nos dice que la Ley Mosaica era “sólo una sombra de los bienes venideros” por lo que significa que los diarios sacrificios ofrecidos por los sacerdotes por los pecados del pueblo, eran una representación del Sacrificio absoluto – Jesucristo, cuyo sacrificio fue hecho una vez y para siempre por aquellos que creyeran en Él. La santidad impartida temporalmente por la Ley, un día sería reemplazada por la obtención de la santidad absoluta cuando los cristianos cambian su pecado por la justicia de Cristo (2 Corintios 5:21).
Aplicación Práctica: Dios toma muy en serio Su santidad, y también debemos hacerlo nosotros. La tendencia en la iglesia postmodernista es crear un Dios a nuestra imagen, dándole los tributos que nos gustaría que tuviera, en lugar de los que describe Su Palabra. La santidad absoluta de Dios, Su trascendente esplendor y Su “luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16) son conceptos extraños para muchos cristianos. Somos llamados a caminar en la Luz y apartar las tinieblas en nuestras vidas, para que podamos ser agradables a Su vista. Un Dios santo no puede tolerar el cínico y flagrante pecado en Su pueblo y Su santidad exige que sea castigado. No nos atrevamos a adoptar una actitud frívola respecto al pecado o al odio de Dios hacia él, tampoco debemos, de ninguna manera verlo con ligereza.
Alaba a Dios, porque por la muerte de Jesús por nosotros, ya no tenemos que ofrecer sacrificios de animales. Todo el tema de Levítico es sobre la sustitución. La muerte de los animales era un castigo sustitutivo por aquellos que habían pecado. De la misma manera, pero de forma infinitamente mejor, el sacrificio de Jesús en la cruz fue el pago sustitutivo por nuestros pecados. Ahora podemos comparecer sin temor ante un Dios de santidad absoluta, porque Él ve en nosotros la justicia de Cristo.
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Levítico.
Fecha de su Escritura: El Libro de Levítico fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: En razón de que los israelitas habían estado en cautiverio en Egipto por 400 años, el concepto de Dios había sido distorsionado por el politeísmo y paganismo de los egipcios. El propósito de Levítico es proveer la instrucción y las leyes para guiar a un pecaminoso y aún así redimido pueblo en su relación con un Dios santo. Hay un énfasis en Levítico sobre la necesidad de una santidad personal en respuesta a la santidad de Dios. El pecado debe ser expiado a través de la ofrenda de sacrificios adecuados (capítulos 8-10). Otros temas cubiertos en el libro, son las dietas (alimentos puros e impuros), los partos, y enfermedades que son cuidadosamente reguladas (capítulos 11-15). El capítulo 16 describe el Día de la Expiación cuando se ofrecía un sacrificio anual por el pecado acumulado del pueblo. Además, el pueblo de Dios debía ser sobrio en su vida personal, moral y social, en contraste con las entonces acostumbradas prácticas de los paganos a su alrededor (capítulos 17-22).
Versos Clave: “Y pondrá su mano sobre la cabeza del holocausto, y será aceptado para expiación suya.” (Levítico 1:4).
“Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.” (Levítico 17:11).
“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo Jehová.” (Levítico 19:18).
Breve Resumen: Los capítulos 1-7 explican las ofrendas requeridas tanto del laico, como del sacerdote. Los capítulos 8-10 describen la consagración de Aarón y sus hijos para el sacerdocio. Los capítulos 11-16 son prescripciones para varios tipos de inmundicia. Los 10 capítulos finales tratan de la guía de Dios a Su pueblo para una santidad práctica. Varias fiestas fueron instituidas en la adoración del pueblo a Jehová Dios, convocadas y practicadas de acuerdo a las leyes de Dios. Las bendiciones y maldiciones acompañarían a quienes guardaran o transgredieran los mandamientos de Dios (capítulo 26). Los votos al Señor se mencionan en el capítulo 27.
El tema principal de Levítico es la santidad. La demanda de Dios por la santidad de Su pueblo está basada en la santidad de Su propia naturaleza. Un tema correspondiente es el de la expiación. La santidad debe ser mantenida ante Dios, y la santidad solo puede ser obtenida a través de una adecuada expiación.
Referencias Proféticas: Muchas de las prácticas en los rituales de adoración, ilustran de muchas formas la persona y la obra de nuestro Salvador, el Señor Jesucristo. Hebreos 10 nos dice que la Ley Mosaica era “sólo una sombra de los bienes venideros” por lo que significa que los diarios sacrificios ofrecidos por los sacerdotes por los pecados del pueblo, eran una representación del Sacrificio absoluto – Jesucristo, cuyo sacrificio fue hecho una vez y para siempre por aquellos que creyeran en Él. La santidad impartida temporalmente por la Ley, un día sería reemplazada por la obtención de la santidad absoluta cuando los cristianos cambian su pecado por la justicia de Cristo (2 Corintios 5:21).
Aplicación Práctica: Dios toma muy en serio Su santidad, y también debemos hacerlo nosotros. La tendencia en la iglesia postmodernista es crear un Dios a nuestra imagen, dándole los tributos que nos gustaría que tuviera, en lugar de los que describe Su Palabra. La santidad absoluta de Dios, Su trascendente esplendor y Su “luz inaccesible” (1 Timoteo 6:16) son conceptos extraños para muchos cristianos. Somos llamados a caminar en la Luz y apartar las tinieblas en nuestras vidas, para que podamos ser agradables a Su vista. Un Dios santo no puede tolerar el cínico y flagrante pecado en Su pueblo y Su santidad exige que sea castigado. No nos atrevamos a adoptar una actitud frívola respecto al pecado o al odio de Dios hacia él, tampoco debemos, de ninguna manera verlo con ligereza.
Alaba a Dios, porque por la muerte de Jesús por nosotros, ya no tenemos que ofrecer sacrificios de animales. Todo el tema de Levítico es sobre la sustitución. La muerte de los animales era un castigo sustitutivo por aquellos que habían pecado. De la misma manera, pero de forma infinitamente mejor, el sacrificio de Jesús en la cruz fue el pago sustitutivo por nuestros pecados. Ahora podemos comparecer sin temor ante un Dios de santidad absoluta, porque Él ve en nosotros la justicia de Cristo.
Libro de Números
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Números.
Fecha de su Escritura: El Libro de Números fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: El mensaje del Libro de Números es universal y eterno. Les recuerda a los creyentes la guerra espiritual en la cual se han comprometido, porque Números es el libro del servicio y caminar del pueblo de Dios. El Libro de Números es esencialmente un puente entre los israelitas recibiendo la Ley (Éxodo y Levítico), y su preparación para entrar a la Tierra Prometida (Deuteronomio y Josué).
Versos Clave: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Números 6:24-26).
“Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?” (Números 12:6-8).
“Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.” (Números 14:30-34).
Breve Resumen: La mayoría de los eventos del Libro de Números tienen lugar en el desierto, principalmente entre el segundo y cuarentavo años del peregrinar de los israelitas. Los primeros 25 capítulos del libro, registran las experiencias de la primera generación de Israel en el desierto, mientras que el resto del libro describe las experiencias de la segunda generación. El tema de la obediencia y la rebelión seguida por el arrepentimiento y las bendiciones, corre a través de todo el libro, así como en todo el Antiguo Testamento.
El tema de la santidad de Dios es continuado desde el libro de Levítico al libro de Números, lo cual revela la preparación e instrucción de Dios a Su pueblo para entrar a la Tierra Prometida de Canaán. La importancia del Libro de Números está indicada por sus continuas referencias que de él se hacen en el Nuevo Testamento. El Espíritu Santo llama especialmente la atención a Números en 1 Corintios 10:1-12. Las palabras “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, están escritas para amonestarnos a nosotros…” se refieren al pecado de los israelitas y al disgusto de Dios con ellos.
En Romanos 11:22, Pablo habla acerca de “la bondad y la severidad de Dios” que en pocas palabras, es el mensaje de Números. La severidad de Dios es vista en la muerte de la generación rebelde en el desierto, aquellos que nunca entraron en la Tierra Prometida. La bondad de Dios es cumplida en la nueva generación. Dios protegió, preservó y proveyó para esta gente hasta que poseyeron la tierra. Esto nos recuerda la justicia y el amor de Dios, que están siempre en soberana armonía.
Referencias Proféticas: La demanda de Dios por santidad a Su pueblo, está total y finalmente satisfecha en Jesucristo, quien vino a cumplir la ley por nosotros (Mateo 5:17). El concepto del Mesías prometido se extiende por todo el libro. La ordenanza en el capítulo 19 sobre el sacrificio de la vaca alazana “perfecta, en la cual no había falta” prefigura a Cristo, el Cordero de Dios sin mancha o culpa, quien fue sacrificado por nuestros pecados. La imagen de la serpiente de bronce levantada sobre una asta para otorgar la curación física (capítulo 21) también prefigura a Cristo siendo levantado, ya sea en la cruz o en el ministerio de la Palabra, para que cualquiera que lo mire por la fe, puede obtener la salud espiritual.
En el capítulo 24, el cuarto oráculo de Balaam, habla de la estrella y del cetro que se levantará de Jacob. Aquí está una profecía de Cristo quien es llamado “la estrella de la mañana” en Apocalipsis 22:16 por Su gloria, brillantez y resplandor, y por la luz que de Él procede. Él también puede ser llamado un cetro, esto es, el portador del cetro, por su realeza. Él no solo tiene el nombre de rey, sino que tiene un reino, y gobierna con un cetro de gracia, misericordia y justicia.
Aplicación Práctica: Del Libro de Números se desprende un gran tema teológico desarrollado en el Nuevo Testamento; y es que el pecado y la incredulidad, especialmente la rebelión, acarrea el juicio de Dios. I Corintios capítulo 10 específicamente lo dice – y Hebreos 3:7 a 4:13 lo implica fuertemente – estos eventos fueron escritos como ejemplo para que los creyentes observen y los eviten. No debemos “poner nuestro corazón en cosas malas” (v.6), o ser sexualmente inmorales (v.8), o poner a Dios a prueba (v.9) o quejarnos y murmurar (v.10).
Así como los israelitas vagaron en el desierto por 40 años a causa de su rebelión, así también algunas veces Dios permite que vaguemos lejos de Él y suframos la soledad y falta de bendiciones cuando nos rebelamos contra Él. Pero Dios es fiel y justo, y así como Él restauró a los israelitas a su legítimo lugar en Su corazón; Él siempre restaurará a los cristianos al lugar de bendición e íntima comunión con Él si nos arrepentimos y regresamos a Él (1 Juan 1:9).
Autor: Moisés fue el autor del Libro de Números.
Fecha de su Escritura: El Libro de Números fue escrito entre el 1440 y 1400 a.C.
Propósito de la Escritura: El mensaje del Libro de Números es universal y eterno. Les recuerda a los creyentes la guerra espiritual en la cual se han comprometido, porque Números es el libro del servicio y caminar del pueblo de Dios. El Libro de Números es esencialmente un puente entre los israelitas recibiendo la Ley (Éxodo y Levítico), y su preparación para entrar a la Tierra Prometida (Deuteronomio y Josué).
Versos Clave: “Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz.” (Números 6:24-26).
“Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?” (Números 12:6-8).
“Vosotros a la verdad no entraréis en la tierra, por la cual alcé mi mano y juré que os haría habitar en ella; exceptuando a Caleb hijo de Jefone, y a Josué hijo de Nun. Pero a vuestros niños, de los cuales dijisteis que serían por presa, yo los introduciré, y ellos conocerán la tierra que vosotros despreciasteis. En cuanto a vosotros, vuestros cuerpos caerán en este desierto. Y vuestros hijos andarán pastoreando en el desierto cuarenta años, y ellos llevarán vuestras rebeldías, hasta que vuestros cuerpos sean consumidos en el desierto. Conforme al número de los días, de los cuarenta días en que reconocisteis la tierra, llevaréis vuestras iniquidades cuarenta años, un año por cada día; y conoceréis mi castigo.” (Números 14:30-34).
Breve Resumen: La mayoría de los eventos del Libro de Números tienen lugar en el desierto, principalmente entre el segundo y cuarentavo años del peregrinar de los israelitas. Los primeros 25 capítulos del libro, registran las experiencias de la primera generación de Israel en el desierto, mientras que el resto del libro describe las experiencias de la segunda generación. El tema de la obediencia y la rebelión seguida por el arrepentimiento y las bendiciones, corre a través de todo el libro, así como en todo el Antiguo Testamento.
El tema de la santidad de Dios es continuado desde el libro de Levítico al libro de Números, lo cual revela la preparación e instrucción de Dios a Su pueblo para entrar a la Tierra Prometida de Canaán. La importancia del Libro de Números está indicada por sus continuas referencias que de él se hacen en el Nuevo Testamento. El Espíritu Santo llama especialmente la atención a Números en 1 Corintios 10:1-12. Las palabras “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, están escritas para amonestarnos a nosotros…” se refieren al pecado de los israelitas y al disgusto de Dios con ellos.
En Romanos 11:22, Pablo habla acerca de “la bondad y la severidad de Dios” que en pocas palabras, es el mensaje de Números. La severidad de Dios es vista en la muerte de la generación rebelde en el desierto, aquellos que nunca entraron en la Tierra Prometida. La bondad de Dios es cumplida en la nueva generación. Dios protegió, preservó y proveyó para esta gente hasta que poseyeron la tierra. Esto nos recuerda la justicia y el amor de Dios, que están siempre en soberana armonía.
Referencias Proféticas: La demanda de Dios por santidad a Su pueblo, está total y finalmente satisfecha en Jesucristo, quien vino a cumplir la ley por nosotros (Mateo 5:17). El concepto del Mesías prometido se extiende por todo el libro. La ordenanza en el capítulo 19 sobre el sacrificio de la vaca alazana “perfecta, en la cual no había falta” prefigura a Cristo, el Cordero de Dios sin mancha o culpa, quien fue sacrificado por nuestros pecados. La imagen de la serpiente de bronce levantada sobre una asta para otorgar la curación física (capítulo 21) también prefigura a Cristo siendo levantado, ya sea en la cruz o en el ministerio de la Palabra, para que cualquiera que lo mire por la fe, puede obtener la salud espiritual.
En el capítulo 24, el cuarto oráculo de Balaam, habla de la estrella y del cetro que se levantará de Jacob. Aquí está una profecía de Cristo quien es llamado “la estrella de la mañana” en Apocalipsis 22:16 por Su gloria, brillantez y resplandor, y por la luz que de Él procede. Él también puede ser llamado un cetro, esto es, el portador del cetro, por su realeza. Él no solo tiene el nombre de rey, sino que tiene un reino, y gobierna con un cetro de gracia, misericordia y justicia.
Aplicación Práctica: Del Libro de Números se desprende un gran tema teológico desarrollado en el Nuevo Testamento; y es que el pecado y la incredulidad, especialmente la rebelión, acarrea el juicio de Dios. I Corintios capítulo 10 específicamente lo dice – y Hebreos 3:7 a 4:13 lo implica fuertemente – estos eventos fueron escritos como ejemplo para que los creyentes observen y los eviten. No debemos “poner nuestro corazón en cosas malas” (v.6), o ser sexualmente inmorales (v.8), o poner a Dios a prueba (v.9) o quejarnos y murmurar (v.10).
Así como los israelitas vagaron en el desierto por 40 años a causa de su rebelión, así también algunas veces Dios permite que vaguemos lejos de Él y suframos la soledad y falta de bendiciones cuando nos rebelamos contra Él. Pero Dios es fiel y justo, y así como Él restauró a los israelitas a su legítimo lugar en Su corazón; Él siempre restaurará a los cristianos al lugar de bendición e íntima comunión con Él si nos arrepentimos y regresamos a Él (1 Juan 1:9).
Libro de Deuteronomio
Autor: Moisés escribió el Libro de Deuteronomio, el cual es de hecho una colección de sus sermones a Israel, justo antes de que cruzaran el Jordán. “Estas son las palabras que habló Moisés” (1:1). Alguien más (probablemente Josué) pudo haber escrito el último capítulo.
Fecha de su Escritura: Estos sermones se produjeron durante el período de los 40 días previos a la entrada de Israel a la Tierra Prometida. El primer sermón fue pronunciado en el primer día del onceavo mes (1:3), y los israelitas cruzaron el Jordán 70 días después, en el día décimo del primer mes (Josué 4:19). Restando los 30 días de duelo después la muerte de Moisés, (Deuteronomio 34:8), tenemos los restantes 40 días. El año era el 1410 a.C.
Propósito de la Escritura: Una nueva generación de israelitas estaba por entrar a la Tierra Prometida. Esta multitud no había experimentado el milagro del Mar Rojo o escuchado la ley dada en el Sinaí, y ellos estaban a punto de entrar a una nueva tierra que ofrecía muchos peligros y tentaciones. El libro de Deuteronomio les fue dado para recordarles la ley y el poder de Dios.
Versos Clave: “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.” (Deuteronomio 4:2)
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:4-7)
“Y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.” (Deuteronomio 32:46-47)
Breve Resumen: A los israelitas les es ordenado recordar cuatro cosas: La fidelidad de Dios, la santidad de Dios, las bendiciones de Dios, y las advertencias de Dios. Los primeros tres capítulos resumen el viaje de Egipto a su ubicación actual, Moab. El capítulo 4 es un llamado a la obediencia, para ser fieles al Dios que fue Fiel con ellos.
Los capítulos del 5 al 26 son una repetición de la ley. Los Diez Mandamientos, las leyes concernientes a los sacrificios y días especiales, y el resto de la ley es dada a la nueva generación. Se prometen bendiciones para aquellos que obedezcan (5:29; 6:17-19; 11:13.15), y el hambre es prometida para aquellos que quebranten la ley (11:16-17)
El tema de las bendiciones y las maldiciones continúa en los capítulos 27-30. Esta porción del libro termina con una clara elección presentada ante Israel: “os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;….” El deseo de Dios para Su pueblo se encuentra en lo que Él recomienda: “…escoge, pues, la vida” (30:19).
En los capítulos finales, Moisés exhorta al pueblo; comisiona a su sucesor Josué; escribe un cántico; y da la bendición final a cada una de las tribus de Israel. El capítulo 34 relata las circunstancias de la muerte de Moisés. Él subió al monte Pisga, desde donde el Señor le mostró la Tierra Prometida a la cual él no entraría. A los 120 años de edad, pero aún con una buena visión y con el vigor de su juventud, Moisés murió en la presencia del Señor. El libro de Deuteronomio termina con un corto obituario sobre este gran profeta.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento se encuentran presentes en el libro de Deuteronomio. El primero entre ellos es la necesidad de guardar perfectamente la Ley Mosaica y la imposibilidad de lograrlo. Los interminables sacrificios necesarios para la expiación de los pecados del pueblo – quienes consistentemente transgredían la Ley – encontraría su cumplimiento en el último y “definitivo” sacrificio de Cristo (Hebreos 10:10). Debido a Su obra de expiación en la cruz, ya no necesitaríamos más sacrificios por el pecado.
La elección de Dios por los israelitas como Su pueblo especial, prefigura Su elección de aquellos que creerían en Cristo (1 Pedro 2:9). En Deuteronomio 18:15-19, Moisés profetiza la llegada de otro profeta – el último Profeta que había de venir y quien es El Mesías. Al igual que Moisés, Él recibiría y predicaría la revelación divina, y guiaría a Su pueblo (Juan 6:14; 7:40)
Aplicación Práctica: El libro de Deuteronomio subraya la importancia de la Palabra de Dios. Es una parte vital de nuestras vidas. Aunque ya no estamos bajo la ley del Antiguo Testamento, aún somos responsables de sujetarnos a la voluntad de Dios en nuestras vidas. La simple obediencia trae bendición, y el pecado acarrea sus propias consecuencias.
Ninguno de nosotros está “por sobre la ley.” Aún Moisés, el líder y profeta elegido por Dios, necesitaba obedecer. La razón por la que no se le permitió entrar a la Tierra Prometida, fue porque desobedeció el claro mandato del Señor (Números 20:12).
Durante el tiempo de Su tentación en el desierto, Jesús citó tres veces el libro de Deuteronomio (Mateo 4). Al hacerlo, Jesús nos ilustró la necesidad de guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones, para que no pequemos contra Él (Salmo 119:11).
Al igual que Israel recordaba la fidelidad de Dios, también debemos hacerlo nosotros. El paso a través del Mar Rojo, Su santa presencia en el Sinaí, y la bendición del maná en el desierto, debe ser también de ánimo para nosotros. Una buena manera de seguir adelante, es tomarnos un momento y mirar hacia atrás para ver lo que Dios ha hecho.
También tenemos el hermoso cuadro en Deuteronomio de un Dios amoroso, Quien desea una relación con Sus hijos. El Señor nombra el amor como la razón por la que Él sacó a Israel de Egipto “con mano poderosa” y los redimió (Deuteronomio 7:7-9). ¡Que cosa tan maravillosa es estar libres de la esclavitud del pecado y ser amados por un Dios todopoderoso!
Autor: Moisés escribió el Libro de Deuteronomio, el cual es de hecho una colección de sus sermones a Israel, justo antes de que cruzaran el Jordán. “Estas son las palabras que habló Moisés” (1:1). Alguien más (probablemente Josué) pudo haber escrito el último capítulo.
Fecha de su Escritura: Estos sermones se produjeron durante el período de los 40 días previos a la entrada de Israel a la Tierra Prometida. El primer sermón fue pronunciado en el primer día del onceavo mes (1:3), y los israelitas cruzaron el Jordán 70 días después, en el día décimo del primer mes (Josué 4:19). Restando los 30 días de duelo después la muerte de Moisés, (Deuteronomio 34:8), tenemos los restantes 40 días. El año era el 1410 a.C.
Propósito de la Escritura: Una nueva generación de israelitas estaba por entrar a la Tierra Prometida. Esta multitud no había experimentado el milagro del Mar Rojo o escuchado la ley dada en el Sinaí, y ellos estaban a punto de entrar a una nueva tierra que ofrecía muchos peligros y tentaciones. El libro de Deuteronomio les fue dado para recordarles la ley y el poder de Dios.
Versos Clave: “No añadiréis a la palabra que yo os mando, ni disminuiréis de ella, para que guardéis los mandamientos de Jehová vuestro Dios que yo os ordene.” (Deuteronomio 4:2)
“Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el camino, y al acostarte, y cuando te levantes.” (Deuteronomio 6:4-7)
“Y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.” (Deuteronomio 32:46-47)
Breve Resumen: A los israelitas les es ordenado recordar cuatro cosas: La fidelidad de Dios, la santidad de Dios, las bendiciones de Dios, y las advertencias de Dios. Los primeros tres capítulos resumen el viaje de Egipto a su ubicación actual, Moab. El capítulo 4 es un llamado a la obediencia, para ser fieles al Dios que fue Fiel con ellos.
Los capítulos del 5 al 26 son una repetición de la ley. Los Diez Mandamientos, las leyes concernientes a los sacrificios y días especiales, y el resto de la ley es dada a la nueva generación. Se prometen bendiciones para aquellos que obedezcan (5:29; 6:17-19; 11:13.15), y el hambre es prometida para aquellos que quebranten la ley (11:16-17)
El tema de las bendiciones y las maldiciones continúa en los capítulos 27-30. Esta porción del libro termina con una clara elección presentada ante Israel: “os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición;….” El deseo de Dios para Su pueblo se encuentra en lo que Él recomienda: “…escoge, pues, la vida” (30:19).
En los capítulos finales, Moisés exhorta al pueblo; comisiona a su sucesor Josué; escribe un cántico; y da la bendición final a cada una de las tribus de Israel. El capítulo 34 relata las circunstancias de la muerte de Moisés. Él subió al monte Pisga, desde donde el Señor le mostró la Tierra Prometida a la cual él no entraría. A los 120 años de edad, pero aún con una buena visión y con el vigor de su juventud, Moisés murió en la presencia del Señor. El libro de Deuteronomio termina con un corto obituario sobre este gran profeta.
Referencias Proféticas: Muchos temas del Nuevo Testamento se encuentran presentes en el libro de Deuteronomio. El primero entre ellos es la necesidad de guardar perfectamente la Ley Mosaica y la imposibilidad de lograrlo. Los interminables sacrificios necesarios para la expiación de los pecados del pueblo – quienes consistentemente transgredían la Ley – encontraría su cumplimiento en el último y “definitivo” sacrificio de Cristo (Hebreos 10:10). Debido a Su obra de expiación en la cruz, ya no necesitaríamos más sacrificios por el pecado.
La elección de Dios por los israelitas como Su pueblo especial, prefigura Su elección de aquellos que creerían en Cristo (1 Pedro 2:9). En Deuteronomio 18:15-19, Moisés profetiza la llegada de otro profeta – el último Profeta que había de venir y quien es El Mesías. Al igual que Moisés, Él recibiría y predicaría la revelación divina, y guiaría a Su pueblo (Juan 6:14; 7:40)
Aplicación Práctica: El libro de Deuteronomio subraya la importancia de la Palabra de Dios. Es una parte vital de nuestras vidas. Aunque ya no estamos bajo la ley del Antiguo Testamento, aún somos responsables de sujetarnos a la voluntad de Dios en nuestras vidas. La simple obediencia trae bendición, y el pecado acarrea sus propias consecuencias.
Ninguno de nosotros está “por sobre la ley.” Aún Moisés, el líder y profeta elegido por Dios, necesitaba obedecer. La razón por la que no se le permitió entrar a la Tierra Prometida, fue porque desobedeció el claro mandato del Señor (Números 20:12).
Durante el tiempo de Su tentación en el desierto, Jesús citó tres veces el libro de Deuteronomio (Mateo 4). Al hacerlo, Jesús nos ilustró la necesidad de guardar la Palabra de Dios en nuestros corazones, para que no pequemos contra Él (Salmo 119:11).
Al igual que Israel recordaba la fidelidad de Dios, también debemos hacerlo nosotros. El paso a través del Mar Rojo, Su santa presencia en el Sinaí, y la bendición del maná en el desierto, debe ser también de ánimo para nosotros. Una buena manera de seguir adelante, es tomarnos un momento y mirar hacia atrás para ver lo que Dios ha hecho.
También tenemos el hermoso cuadro en Deuteronomio de un Dios amoroso, Quien desea una relación con Sus hijos. El Señor nombra el amor como la razón por la que Él sacó a Israel de Egipto “con mano poderosa” y los redimió (Deuteronomio 7:7-9). ¡Que cosa tan maravillosa es estar libres de la esclavitud del pecado y ser amados por un Dios todopoderoso!